Ashton no pudiendo negarse se quedó con Olivia cuidando de ella, sí que sufría de dolores menstruales, eso siempre pasaba. —Solo masajea la zona —le pidió tomando su mano, para que la dejara sobre su abdomen, Asthon hacía todo lo que pedía, ella satisfecha hacía ciertos sonidos que se interpretaban de otra manera en la cabeza de Asthon, por lo tanto, un poco incómodo se ponía —. Gracias, lo haces tan bien. Se aclaró la garganta. —¿Sabías que nuestros padres se fueron a Los Ángeles y no vendrán sino hasta dentro de unos días? —Sí —se desinfló —. Mamá vino a darme un beso de despedida, asegurando que volverían pronto. Tu puerta tenía seguro y no pudo despedirse de ti, ¿qué ocultas? La picardía con la que lo miró, hizo que se enfadara. —No digas tonterías. ¿Ya te sientes mejor? —Sí, en serio tus toques son mágicos. —Olivia —elevó la voz —. Deberías asegurarte de comprar en la farmacia medicamentos para tu dolor, y no me vengas con que se te olvidó, ya que siempre sucede. —Sí, lo
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