CAPÍTULO 41. AÑOS DESPUÉS
Después de la muerte de Joel, mi vida perdió el color, sabía que debía seguir con ella, pero su recuerdo estaba en cada rincón, mis padres insistían en que debía salir de nuevo al mundo, que debía continuar, que aún era joven y podía encontrar a alguien más, que él así lo hubiera querido.Pero no, ya no veía más allá, vivía cada día con el dolor de no tener una tumba dónde llevarle flores, dónde ir a visitarle, ni siquiera ví su cuerpo, su ataúd, ¿cómo podía convencerme entonces que realmente había muerto?Mis noches eran una tortura, soñaba con él constantemente, me pedía que lo buscara, me estaba volviendo loca.Tuve varias crisis nerviosas, continuaba bajo terapia, ahora no solo debía lidiar con la bulimia que era intermitente, sino con la depresión que me ocasionó perderlo.El fue mi gran amor, aún lo era, no me interesaba conocer a nadie más, nadie podría reemplazarlo.Dicen que el primer amor nunca se olvida, en mi caso, es verdad, lo amé y lo amo, sé que él me amó con todo su s
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