–Te comportaste como un cavernícola, todo por celos, amigo. –¿Eres un completo idiota?, amigo. ¿Celos, yo? –Interrogo Edward a su amigo. –¡Sí!, celos amigo –Cuestionó Sebastian, sin parar de reír al ver la cara de Edward.–Es en serio Edward, ¿Tú celoso?.–seguía sonriendo . . –Eso es increíble, no te creí ese tipo de persona. Yo también sentí celos por mi esposa, sin embargo no la trate mal, amigo. Edward lo miro y no comento nada a lo que Sebastian prosiguió . . . –Amigo, yo deje que ella tomara una decisión que la hiciera sentirse bien y feliz, que más podía hacer, pero tú . . . metiste la gran patada, te dejaste cegar por los celos y la maltrataste . . ., no debiste hacerle daño. . . –Edward entiendo por qué ella se fue, tiene toda la razón de haberlo hecho, vuelvo y te repito. –También tú me vas a sermonear mi culpa, ya tengo bastante con lo mal que me siento para oírte. –Tenías que confiar en ella. Todos estos años, sabias que a ella siempre ha tenido hombres detrás de ell
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