Edwar molesto salió a caminar para controlarse. Rossi miraba por el ventanal de su habitación y noto que Edwar caminaba inquieto de un lado al otro en el jardín. Un hombre que parecía haber perdido el control era un extraño para ella.En ese instante contestaba al otro lado del celular, eso la hiso reaccionar, era Nidia su asistente y su amiga. –Hola, te he estado llamando, dónde estás, y este número –Interrogo Nidia –Estoy en Las Bahamas en el palacete de mi padre; Edward ayudado de mi padre prácticamente me secuestró. –Qué, no te entiendo ¿Cómo que te secuestro?¿Qué vas a hacer?–le preguntó. –Eres mi asistente personal, pensé que tú podrías ayudarme. Ella se rio, con el estómago encogido. –Bueno, mi fuerte no son los maridos desleales, las amantes astutas y menos los contratos matrimoniales condenados al fracaso. –Eres creativa amiga y eres muy sigilosa –dijo Rossi –No dejes tú celular a la mano, de todas formas compra otro, para comunicarnos estratégicamente cuando me hables
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