–¡Rossi!, ¿cómo te fue, bebe? –Rene noto la expresión de ella, esa serenidad que quería mostrar estaba lejos de ser así. Rene camino hasta donde ella se encontraba, y le estampo un beso en la mejilla, Edward había marcado a Rossi y desde que se alejó de todos, había algo en su mirada que hacía que él no tratará de conquistarla. Más sin embargo él estaría allí a su lado para todo lo que ella necesitará, esa mujer había calado en su ser como nunca antes nadie lo hizo. –Muy bien René, ya estoy divorciada . . . Mi vida continua y me debo acostumbrar que mi familia en esta nueva vida no figuran por mucho tiempo. Por lo menos hasta que mis padres no respeten mis decisiones. –Y Edward. ¿Qué creés?. Con remordimientos, con palabras que realmente . . ., bueno eso no importa ahora Rene. –Y tú, nada te dice tu mente, ¿No sientes nada por él, cariño?. No sentiste igual que él, no separarse y tratar de darse una oportunidad . . . Rossi no respondió al instante, aunque algo se movía en l
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