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Todos los capítulos de La sumisa del monstruo : Capítulo 1 - Capítulo 10
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prólogo
8 años atrás: Orlando Leone, lleva casado 2 años con su esposa Florencia, una mujer que estuvo a su lado a pesar de saber quién era él. Nunca le dejó de lado, ni le reprochó nada, le amaba y eso era lo más importante. Orlando la amaba y la cuidaba como su joya más grande de su vida, nadie se atrevía a meterse con ella, sabían que si lo hacían se llevarían una bala en la cabeza. Orlando es el dueño del club nocturno más conocido en Sicilia, un club que lleva de todo, a pesar de lo joven que era, llevaba bien el club. Hace unos meses juntos a sus amigos, fueron nombrados "líderes de la Cosa Nostra" donde tenían qué gobernar la mafia Siciliana. Orlando estaba en el club como todas las noches, solo iba a verificar que todo estuviera en orden y se iba de nuevo a su casa junto a su esposa. La conoció en un día cualquiera, donde ambos chocaron y a primera vista se flecharon. Donde poco a poco se iban enamorando y él dio el paso y la pidió matrimonio. Florencia estaba embarazada de 34 seman
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01: La pelirroja
Actualidad.Habían pasado 8 años, 8 años sin su esposa, 8 años sin su presencia, 8 años con tan solo recuerdos pasados. Ahora su hija tendría 8 años y seguramente otro bebé. Pero el hijo puta le quitó la vida sin tener derecho. Orlando se arrojó a la oscuridad, donde se volvió más frío y serio, un hombre que dejó los sentimientos y el amor en un túnel oscuro y cerrado. Cerró su corazón para siempre, solo tenía de vez en cuando a una mujer, para ser más explicito "dama de compañía" solo era sexo y punto final. No quería volver a las redes del amor, no quería volver a sentir amor. Eso lo olvidó el día que la última pala de tierra cayera en la ataúd de su difunta esposa.Sus amigos estuvieron con él, viéndole llorar y consumirse en el alcohol, a un punto que ni ellos ya no sabían que hacer con él.Quiso matar al desgraciado pero se fue, se largó como un cobarde y no han vuelto a saber de él, pero Orlando no descansará hasta encontrarle, la muerte de su esposa e hija no quedará impune.L
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02: Primera noche en el club
Orlando y Alessandra se dirigían a la oficina, él la dejó pasar antes y después entró él cerrando la puerta. Ella se acercó hasta el ventanal y observó el lugar, el italiano caminó hasta donde estaba ella y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.Alessandra se acercó a él con un solo motivo y nadie se lo iba a impedir. Tenía que hacerse la ignorante e inocente y él estaría comiendo de su mano. El plan estaba iniciando y no se iba a echar para atrás.—Aquí te tienes que sentir como un rey. — habló ella después de un silencio que se adueñó del lugar.—Mas o menos, yo no soy rey, solo soy… yo. — ella asintió. —Vamos hacer la entrevista.Caminaron hasta el escritorio, él se sentó en su lugar y ella en frente. Alessandra no podía negar la belleza de ese hombre, era muy atractivo y varonil. Se sentía algo nerviosa e incómoda, no sabía porque, si ella solo buscaba venganza.—Bueno, empecemos. ¿Qué edad tienes? — hizo la primera pregunta.—24 años. — respondió.—¿Naciste aquí? Quiero
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03: Enfrentamiento
Alessandra, compartía piso con una chica, cuando se mudó a Sicilia, tuvo que buscas un piso y vio que una chica necesitaba una compañera. Ambas se llevaban bien, aunque no hacían nada juntas. Su plan había comenzado, pero no contaba que ese fuera tan atractivo, era guapo e incluso uno de los italianos más guapos que haya visto. Pero no podía desviarse del plan ni tener ningún tipo de relación sentimental. Fue a la cocina y se hizo algo de comer, trabajar en el club y estar toda la noche despierta, era una locura y más si tenía horario de vampiro. Lo que no espera es que Orlando tenía un nuevo contrato para ella. Salió de casa para ir al centro comercial, necesitaba más ropa de “puta” como lo llamaba ella. Solo tenía dos corsés y necesitaba más y de más colores. Orlando estaba despertando algo en ella, pero ella no podía sentir nada, solo odio. Cuándo llegó al centro comercial, fue hasta una tienda de ropa interior, miró por el lugar y fue cogiendo lo que necesitaba. Pagó a la chica
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04: Trato
Orlando, no podía quitar la cara de tristeza de ella, verla con los ojos rojos e hinchados, algo de su interior se conmovió. Nunca pensó que después de tantos años, se preocupará por una mujer, dejó todo aquello atrás. En su casa en el jardín, con sus amigos desayunaban. Orlando quería contarles, pero no sabía cómo decirles, ellos se alegrarían pero como explicarlo. En su mente estaba ella, no salía de su cabeza. —¿Qué te pasa? — dijo Franco, al verle tan pensativo. —¿Estaría traicionando a Florencia, si otra me cautiva? — todos les miraron, sonrieron después de todo, su amigo miró a otra mujer. —No, ella estaría feliz al saber que puedes rehacer tu vida. — Orlando negó. —No, no, lo que yo quiero con esa mujer es que sea mi sumisa 6 meses. — Enzo arrugó su ceño. —Me gusta, porque es inocente, inexperta y muy sexy. —¿Y por qué no hablas con ella? — preguntó está vez Maurizio. —Se lo propuse, le di el contrato, pero me vio con otra. — sus amigos escuchaban. —Me dijo que las mujer
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05: Salvada
Volvió la noche de trabajar en el club, ese día libre había acabado. Hoy volvería a ver a Orlando, ese hombre que desde que puso sus ojos azules en los suyos, la hizo estremecerse como nunca antes por un hombre. Ya había llegado al club vestida de color morado, había aceptado ser la sumisa de su enemigo, pero era la única forma de tenerle cerca. Fue al despacho donde posiblemente él estuviera, necesitaba hablar con él. No sabía nada de ser sumisa, era inexperta en eso. Cuando llegó al despacho, estaba de pies, como si estuviera esperándola, el se giró y conectó su mirada con los de ella. Orlando estaba orgulloso, por fin ella había aceptado ser su sumisa. Sería suya 6 meses e iba aprovechar ese tiempo, llena de lujuria. Lo que él no sabía lo que realmente pensaba ella, ella quería enamorarlo y no iba a parar hasta conseguirlo. Quería verle suplicando, enamorado y derrotado. La mirada azul como el cielo de Orlando, miraba a la italiana con lujuria, necesitaba poseerla y escuchar
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06: Me vuelves loco
Alessandra, abrió sus ojos, la luz del sol entraba por el balcón, acostumbró a sus ojos a la claridad. Poco a poco, se dio cuenta que no era su habitación y mucho menos su cama. Los recuerdos de la madrugada pasaron por su cabeza. Orlando la salvó de ser violada, pero él no estaba en la habitación, había dormido sola. Se sentía avergonzada, cohibida, estar en una casa que no era la suya. Orlando, era demasiado tierno y atento, que ella empezaba a sospechar qué él fuera tan malo. Tal vez lo es, pero parecía que con las mujeres era más protector. La puerta de la habitación fue abierta y entró Orlando con una bandeja de desayuno. Alessandra miró hacia la puerta y vio a Orlando, con un chándal, una camiseta y descalzo. —Buorgiorno. — saludó él al entrar. —¿Cómo has dormido? —Bene, Grazie. — contestó avergonzada. —¿Tú cómo has dormido? —Como un bebé. –ella sonrió sin enseñar su dentadura. —Espero que esto te guste, lo ha preparado mi cocinera para ti. —Seguro que está bueno, gracia
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07: Extraño
Alessandra, fue hasta puerta que el italiano la señaló y vio una baño demasiado grande. Tenía la ducha en una esquina, al fondo. Un jacuzzi más cerca de la puerta. Tenía toques beige y blancos, era un baño elegante. Se acercó a la ducha, abrió la mampara de cristal y encendió la llave de la ducha. El agua empezó a salir y ella se desnudó, quedando completamente desnuda, entró en ella. El agua empezaba a caer por su cuerpo, relajándose por completo. El agua caliente penetró cada poro de su piel. Ella se sentía incómoda, al estar en una casa ajena a ella. Era algo extraño, él la había salvado y ella seguía cohibida. Pero como no se iba a sentir así, si a parte de ser su enemigo, se sentía atraída a él. Era como una especie de imán que la hacían pegarse a él. Alessa, jamás sintió algo así por nadie, el italiano era el primero que la tenía extremadamente atraída físicamente. Apagó la llave de la ducha y enredó la toalla en su cuerpo y otra en su cabello. Salió del baño y empezó a secar
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08: la incidencia de Enzo
Cuando llegaron, el estacionó en frente al edificio donde vivía ella, ambos se miraron unos segundos y ella reaccionó. —Gracias de nuevo, gracias por salvarme. — agradeció de nuevo. —No me las des, preciosa. —la acarició la mejilla, ella cerró sus ojos al sentir su tacto. Abrió sus ojos y le sonrió, iba a salir, pero él la detuvo. —Espera, no te vayas todavía, toma. — la entregó un sobre amarillo. —Es el contrato, léelo y luego me dices. — ella cogió el sobre y salió del auto. —Hasta esta noche, princesa.—Hasta esta noche. —cerró la puerta del auto y se metió en el interior del edificio. El mafioso cuento vio que ella se metió dentro, arrancó y se fue de allí. Había quedado con sus amigos en la casa de Giovanni y Mariano. Orlando al llegar, los escoltas de sus amigos le abrieron el portón, metió su auto y apagó el motor. Salió del auto y fue hasta puerta. Una empleada de ellos, le abrió la puerta y él entró. Cuando entró, vio a Carlotta con su hijo en el salón, caminó hasta y vi
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09: Las reglas
Su teléfono sonó y en la pantalla se reflejaba el nombre de su padre. —Ciao, hija, ¿Cómo estás? —habló su padre. —Ciao, padre, estoy bien ¿Y tú? — respondió. —Bien hija, dime ¿Cómo va el plan?—Bien, estoy de camarera en su club y me ha pedido ser su sumisa 6 meses.—Acepta, así le tendrás más tiempo junto a ti y poder matarlo. — su padre jugaba con ella como una marioneta. —He pensado en enamorarlo y después acabar con su vida. — no estaba muy segura de lo que hacía. —Esa es mi niña, hazle sufrir por la muerte de tu madre.—Lo mataré, la muerte de mamá, no quedará impune. — su padre sonrió al otro del teléfono. —Muy bien cariño, te dejo, tú vas contándome.—Adiós papá. —colgó. Alessandra, no se daba cuenta que su padre la estaba metiendo en la boca del lobo, metiéndola con el líder de la Cosa Nostra, donde ese hombre mataba a quién lo traicionaba. Pero Alessandra quería seguir con su venganza sin pensar en nada. Cogió el sobre amarillo que Orlando la dio y saco los papeles
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