YAMILA KAYA Aaron Bianchi se acercó a mi despacio, y yo inconscientemente había dejado de respirar por la anticipación a lo que ocurriría después. Él estaba en mi casa, en medio de mi living, y con los ojos azules cargados de deseo. Era como un animal hambriento, ansioso de saborearme, y lo haría si yo no ponía un freno a toda esta locura.Yo siempre había sido intrépida, atrevida, y lo había pagado bastante caro, así que ahora prefería irme despacio, respetar los tiempos; hasta ahora. Esta noche todo se sentía distinto, porque aquí estaba mi propio ángel oscuro poniéndome increíblemente difícil el resistirme a sus encantos. Tampoco es que yo fuera de piedra, él tenía todos los rasgos y características que se suponía que tenía que poseer una buena tentación. Era increíblemente masculino, sensual, hermoso, musculoso, con un rostro de ángel caído escapado del cielo, y la dureza y experiencia que dan los años a un hombre que evidentemente ha vivido con intensidad. Así que yo
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