Abrí los ojos, tratando de percatarme dónde me encontraba, parpadeo varias veces para ver la habitación dónde estaba, y pues estaba en mi antigua casa. Habían pasado ya varias semanas que vivía de nuevo con mi madre, y todas las mañanas al despertar sentía esa sensación de que no estabas dónde quería estar, o simplemente no estaba con el.Cada día de mi vida, esperaba con paciencia la hora de que él fuera a mi encuentro, para decirme que lo que había visto era una confusión, y que el me amaba solo a mi, pero por más que pasaba los días, y que buscaba en mi móvil un mensaje o una llamada, el simplemente no me buscaba, así que poco a poco fui perdiendo las esperanza.Me levanto con pesadez. Los últimos días había estado muy cansada, como si corriera un maratón, además de que mi apetito aumentaba cada día más.Entro al baño para asearme, para luego salir a la cocina. Mi madre había montado un pequeño negocio en la casa, con la liquidación de Arturo había comenzado a vender desayunos, jugo
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