Laila apagó su grabadora y la metió en su bolso. Luego devolvió la mirada hacia Franco. No había indicios del moretón que había esperado ver en su rostro, probablemente porque estaba usando maquillaje. Franco se preocupaba demasiado por la apariencia. Ni un pelo fuera de lugar. —Eso es todo, gracias por tu tiempo. —Intentó sonar lo más educada posible mientras hablaba. —Laila… —Si llegara a tener alguna pregunta, me pondré en contacto contigo. Eso, por supuesto, no iba a suceder. Y no porque no quería seguir manteniendo contacto él, nunca dejaría que sus asuntos personales interfirieran con su trabajo. Durante toda la entrevista, Franco había evitado responder muchas de sus preguntas, en especial aquellas que estaban relacionadas a la verdad de los rumores que circulaban sobre él. Si no tenía nada que esconder, habría sido más claro al respecto. Franco no era el hombre que aparentaba. No había llegado a dónde estaba con esfuerzo. Se levantó de su asiento, casi de inmediato él tam
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