Al estar con sus hijos, Ross siente una tranquilidad única por lo que vuelve a sonreír. Los días siguientes pasaron con normalidad, por lo que ella bajó la guardia y comenzó a hacer su vida de forma habitual. No pasan muchos días cuando le llegan dos sobres a la oficina, «¿qué es esto?, espero que sean buenas noticias, es de los tribunales, ¿será que Alex, aceptó el divorcio?, por lo menos ya está claro que no vamos a volver», pensó a medida que abría el paquete, y al leer el contenido estaba en lo cierto. Se percata que había otro sobre, que también abrió, al ver lo que decía, Ross, se preocupó, «ese desgraciado va a pelear la custodia de mis hijos, no se lo voy a permitir, los pequeños siempre están mejor con su madre, ¿quién mejor que yo para cuidarlos?, son MIS HIJOS», se dijo y enseguida agarró el teléfono.— Aló, amiga, ya recibí la sentencia de divorcio firmada por Alex, y con ella una citación de los tribunales, él quiere pelear la custodia de mis hijos—dijo Ross, mientras
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