Savanah, está frente a mi puerta, y no me queda más que dejarla pasar. De inmediato, toma asiento en la cama, y lo que parecía ser una expresión dura en su rostro, se convierte en una tierna, y cálida. —Ava, por favor, toma asiento. —Le da unas palmaditas a la cama, para que me siente junto a ella. Nerviosa por lo que pueda pasar o decir, hago lo que me dice. —Se que no he sido buena contigo, y que te la he puesto difícil en estos días, pero me gustaría aclararte, que no soy una mala persona, solamente soy una abuela que se preocupa por su único nieto, así como tampoco soy tonta. Es por eso que deseo que me digas la verdad. —Pone sus manos sobre las mías, y me toma por sorpresa. —¿Eh?, perdón, pero no entiendo, ¿a qué se refiere? —La miro expectante. —Soy Savanah James, querida. Yo lo sé todo. Yo sabía perfectamente, de ante mano, que tú y mi sobrino se casarían, simplemente no quise intervenir, pues como el mismo dijo, es adulto y debe tomar sus propias decisiones. Tam
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