Me aclaro la garganta, y miro a Austin a los ojos, mientras lo único qué deseo hacer, es hablarle desde el corazón. —Austin, desde el momento en que te conocí, sentí una conexión especial contigo. Fuiste como un ángel, que llegó a mi vida en el momento justo e indicado. A veces, pienso que Dios te puso en mi camino por alguna razón. Durante toda mi vida, todo me fue impuesto, desde que ropa usar, qué lugares visitar, que deportes practicar, e incluso qué amistades podía tener, pero a ti, a pesar de las circunstancias, te elegí, fuiste mi decisión, y sé que eres la mejor elección que he tomado. Prometo ser lo que tú has sido para mí; mi sostén, mi luz en la oscuridad; seré tu mayor fan, aquella que no te dejará desfallecer. —Quisiera agregar la palabra “jamás”, pero sé, que esto es un contrato con fecha de caducidad, no estaría siendo sincera si lo hago. Sonrió, sin decir nada más, mientras que Austin no deja de mirarme, incluso cuando el oficiante, continúa con la ceremonia…
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