Austin timonea el barco, y empieza a darle la vuelta, mientras las estrellas iluminan la noche. Me acerco a él, dispuesta a disculparme por lo que dije hace un momento. —Austin, con respecto a hace un rato… lamento mucho haber dicho lo que dije. —¡No te preocupes!, fue mi error. Yo sabía de tu trasplante y tu cicatriz, y te hice sentir incómoda al quedarme viéndola. No fue cortes de mi parte. —Me mira por primera vez, desde que está hablando. —Pero, si quiero que tengas claro algo, Ava. Yo siento por ti muchas cosas, menos lástima. Entiendo que no quieres que vea tu cicatriz, y lo respeto. En un arrebato, por alejar los tontos miedos que me invaden, me quito la blusa y quedo solo con el sostén, dejando ver una gran parte, de la línea cicatrizada, que está en el centro de mi pecho. —Ava, ¿qué haces? —Dejando de ser una tonta… Austin, intenta ver hacia otro lado. —Tranquilo, no tengo miedo de que la veas. —No es eso… es que… no quiero verte… —¿Eh? —Me confunde
—Esa es la idea abuela. —Dice Austin muy tranquilo. —Apenas supe que necesitabas hablar conmigo, cancelamos nuestra luna de miel. Que se suponía sería todo el fin de semana, con unos días adicionales, empezando desde el jueves… —Termina de decir Austin muy feliz, pero a su abuela no parece importarle su explicación. Ella sigue mirándome fijamente, como si quisiera encontrar algún defecto en mí. —Pues bien, no hay más que decir. Vengan, vamos a cenar. Tenemos mucho de que hablar. —Nos indica Savanah, quien nos guía al comedor. Me siento en la enorme mesa del comedor al lado de Austin, sonriendo y tratando de ocultar el hecho de que estoy muy nerviosa. «Quiero que Savanah me acepte. No me gustaría sentirme rechazada.» Varias empleadas empiezan a poner la mesa, y el ama de llaves, sirve en los platos, Caviar y pasta carbonara para la cena. Savanah, me mira con curiosidad. —¿Ava, gustas iniciar?, porque no empiezas probando el caviar —Me pregunta mi abuela política, ofrecié
Me quedo completamente congelada, incapaz de creer lo que Savanah acaba de decirme. Sin poder emitir una sola palabra, intento procesar la situación. «¿Qué debo hacer o decir en este caso? Austin se levanta de la silla, mirando firmemente a su abuela.» —Te adoro abuela, eres muy importante para mí, pero no permitiré que trates así a mi esposa. —Ustedes fueron quienes me insultaron primero al casarse sin mi permiso. —Responde Savanah, mientras se cruza de brazos. —No necesito tu permiso, abuela. Por si no te has dado cuenta, soy mayor, y puedo tomar mis propias decisiones. Mi vida solo la manejo yo. «¡Ay por Dios, esto es un desastre!» —Mis manos empiezan a temblar ante la zozobra y el nerviosismo. —«Se supone que Austin se casó conmigo, para cumplir la petición de su abuela, pero todo está saliendo terriblemente mal. La verdad es que jamás conté con que Savanah me odiaría tanto, sin darse la oportunidad de conocerme. Ni siquiera le importa, lo elegante, inteligente o
—¿Eso era lo que le decías a Natasha, cuando se ponía celosa? —No puedo evitar preguntar, rompiendo el ambiente seductor que se había formado. Austin se aparta frustrado. —Natasha y yo salimos durante tres años. Fue la única relación duradera y seria que tuve en mi vida, y las cosas no salieron bien con ella. Si pudiera cambiar las cosas y eliminar esa relación tóxica y tormentosa de mi pasado, lo haría. Pero es algo que no tengo el poder de cambiar. Sin embargo, ahora estoy aquí, contigo. Eres mi esposa, así que no tiene caso que sigamos hablando de ella. Se acerca a mí de nuevo, y me da un dulce beso en la nariz. —Lo único que me importa en este momento, es ser el hombre que te mereces. —Toma mi mano derecha y la lleva a su corazón. —Austin, tú y yo tenemos un trato. —Tan solo olvídate por un momento de eso, y déjate querer. —Dice y acerca sus labios a los míos, y totalmente dispuesta, abro la boca, para recibir un beso lleno de deseo. Sigo besándolo, incapaz de dete
Apenas, veo el rostro de Natasha, me doy cuenta de que ya la conocía. Nunca podría olvidar la cara de esa mujer tan grosera y quisquillosa. «Ella era la modelito que quiso insultarme en la tienda, aquella vez que estaba comprándole el regalo a Rita.» —Entonces, ¿tú eres la famosa, Ava? —Me mira de arriba abajo con desprecio, mostrando una risa burlona. —¿Famosa?, no sabía que tenía tantas admiradoras. —Respondo muy tranquila. —¡Ja!, no seas ridícula. Famosa, por qué no cualquiera tiene la hazaña de enredar al hombre más rico del país. —¿Enredar?, discúlpame, pero deberías medir tus palabras. —Se pone de pie, y yo igual. —No, la que debería medirse, eres tú. ¡Maldita aprovechada!. ¿Quién te dijo que te podías casar con un hombre que ya estaba comprometido?. —Me dice Natasha, y con los dedos de su mano me da un pequeño empujón en el hombro. —¡Si me vuelves a tocar, no respondo! —Le digo, ya bastante ofuscada, intentando controlar con todas mis fuerzas las ganas d
Observo a Austin y a Natasha, abrazados. No, fijándome bien, ella es quien abraza a Austin, pero él no tarda en apartarla tal y como lo hizo con Claudia. —Ya te dije que no me toques. ¡No te soporto! Sé lo que intentan tú y mi abuela, pero no permitiré que ofendan o humillen a mi esposa. —Le dice Austin, muy decidido, y el corazón me da un vuelco, porque yo sabía que él no me podía fallar. Natasha, le sonríe con malicia. —¿Tu esposa?, por favor, te recuerdo que hasta hace tan solo unos meses te ibas a casar conmigo. Yo era el amor de tu vida. No me engañas, tú no puedes olvidar una relación de tantos años, por una mujer que conociste hace tan poco. Te conozco, y sé que esto lo hiciste por una sola razón, y es la de heredar James&LC. —Te equivocas… —No, yo nunca me equivoco. Sabías que yo aún no quería casarme, y entonces buscaste a la primera tonta que aceptara casarse contigo por dinero. El punto es… ¿En serio será la indicada para cumplir con todos los requeri
Savanah, está frente a mi puerta, y no me queda más que dejarla pasar. De inmediato, toma asiento en la cama, y lo que parecía ser una expresión dura en su rostro, se convierte en una tierna, y cálida. —Ava, por favor, toma asiento. —Le da unas palmaditas a la cama, para que me siente junto a ella. Nerviosa por lo que pueda pasar o decir, hago lo que me dice. —Se que no he sido buena contigo, y que te la he puesto difícil en estos días, pero me gustaría aclararte, que no soy una mala persona, solamente soy una abuela que se preocupa por su único nieto, así como tampoco soy tonta. Es por eso que deseo que me digas la verdad. —Pone sus manos sobre las mías, y me toma por sorpresa. —¿Eh?, perdón, pero no entiendo, ¿a qué se refiere? —La miro expectante. —Soy Savanah James, querida. Yo lo sé todo. Yo sabía perfectamente, de ante mano, que tú y mi sobrino se casarían, simplemente no quise intervenir, pues como el mismo dijo, es adulto y debe tomar sus propias decisiones. Tam
Cansados de la terrible noche que acabamos de tener, Austin y yo subimos a la habitación. —Parece que por fin has logrado impresionar a mi abuela. —Dice Austin, muy feliz. —Créeme, he logrado más que eso, pero de seguro ella te contará luego. —Sugiero con aires de misterio, ya que Austin no sabe acerca de la conversación que tuve con Savanah, antes de la cena. Me observa con los ojos entrecerrados, sospechando que no le he contado algo, pero en ese momento llega una notificación a su teléfono. —¡Oh, por Dios! —Exclama, con una gran sonrisa en el rostro, mientras me abraza fuertemente. —¿Qué?, ¿ha pasado algo? —Tu artículo, ha alcanzado más de 1 millón de lecturas en menos de una semana. —¿De veras? —Si… Empiezo a dar saltitos de emoción. «No me puedo creer que esto esté pasando, que una escritora novata como yo, tenga tantos lectores. ¡Me siento genial!» De pronto, mi felicidad se ve opacada, cuando una llamada entra al teléfono de Austin, y él la descuelga en altavoz al