Miedo, y tristeza se apoderaban de aquella mansión que meses atrás había visitado y nunca había vuelto a pisar, sentía un frío indescriptible, era algo nuevo, no podía ponerle un nombre a esto, pero al entrar a aquella sala, los llanos comenzaron a sonar más lejos, estaba fuera de aquella realidad, era algo que quería que fuese un sueño.— Tania, debo hablar contigo, necesito que vengas pronto — dijo Rusol cuando esta le contesto, había estado tan molesta que se había quedado dormida. — ¿Pasa algo? — pregunto un poco desorientada. — Hans te va a necesitar, su padre falleció — le contesto y esta quedo en silencio, entendía aquella actitud y sin pensarlo más, se coloco una sudadera y recogió su cabello, tomo las llaves de su camioneta y salió a toda velocidad, pensaba en como estaría este, se sentía triste por todos ellos, perder a alguien no era algo fácil. Al llegar, vio toda aquella escena, su corazón se arrugo, lo busco entre todos, estaba hablado con los doctores, parecía calma
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