Gianna era un manojo de nervios ahora, porque, aunque la situación le dio un poco de miedo, el Enzo que tenía adelante en este momento la tenía envuelta en una situación demasiado para soportar.Su mirada no dejaba de recorrerla entera, y aunque el médico le estaba explicando que esto sería muy temporal, y estaba mencionando las fases de los recuerdos, ella ya había dejado de escuchar desde hace rato, cuando él, sentado allí en su camilla, la detallaba todo el tiempo sin pestañear.Anteriormente, se había acostumbrado a sus mimos, a su pasión y sensualidad, pero la diferencia ahora es que él usaba sus mismas tácticas para llegar a ella de nuevo, como si él estuviera descubriendo que, en sus ojos, había atracción por él.—Así que no se preocupe, señor Cavalli… le repito, puede ser mañana, una semana… todo vendrá de nuevo hacia usted, y lo recordará todo…Esta vez Enzo se giró hacia el doctor y luego asintió.—De acuerdo, me adaptaré…—Bien… si necesitan algo, estaré por aquí… voy a pre
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