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Todos los capítulos de MI VIENTRE EN ALQUILER : Capítulo 51 - Capítulo 60
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CAPÍTULO 50
Gianna reposó su cabeza en el pecho de Enzo, mientras sus dedos acariciaban su duro abdomen. La noche era demasiado perfecta como para pensar en alguna cosa mientras sus cuerpos entraban en calor., junto al sonido de las llamas que se consumían muy cerca de ellos en la chimenea.Ella todavía no salía del trance, estaba impresionada con lo que había pasado y sobre todo lo que su cuerpo ya había experimentado. Jamás en su vida pensó vivir una experiencia como esta, y ser tomada de una manera tan sublime y tan llena de pasión, llena de un control para hacer las cosas, en movimiento perfecto solo para arrancarle los sonidos que ni siquiera ella conocía, y que habían salido de su garganta una y otra vez.Alzó el rostro hacia Enzo y sin pensarlo, le dio un beso en la mandíbula entretanto él bajo la mirada y le sonrío.—Me gusta eso… —y después Enzo besó su boca apasionadamente—. Quisiera quedarme toda la vida en este instante. Mirándote, acariciando tu cuerpo y amándote hasta la eternidad.
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CAPÍTULO 51
Ya no necesitó tres dedos de frente para saber de quién se trataba, y dejándose caer en el sofá entendió que su vida ya no iba a ser nada fácil a partir de ahora.Enzo y ella estaban marcados, de por vida.Y por más de qué intentara ser fuerte, por más de qué pudieran hacerse de la vista ciega, esta mujer a su alrededor, se encargaría de hacer de su vida una desgracia todos los días.Cerró la notificación de su celular cuando la puerta del apartamento se abrió, y Enzo la miró expulsando un poco el aire ante la irritación que le habían dado esos reporteros afuera.—La policía ya está controlándonos, contactaré a una agencia de seguridad de confianza para que esté contigo en las 24 horas al día, y para que mantengan esta gente fuera de nuestras vidas.Gianna bajó la mirada y asintió un poco desanimada.—Creo que ella no desistirá nunca de esto, Enzo. Creo que ella estará cada día de su vida haciéndonos la vida imposible… y no tengo miedo por nosotros, porque podemos resistirlo, el tema
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CAPÍTULO 52
Los días siguientes pasaron de forma lenta, sobre todo porque la carga en los hombros de ambos se hacía demasiado pesada para soportar.Los tabloides no dejaron de hablar de ese momento cuando estaban saliendo del auto con Gianna y en cómo la protegía vas a llegarla hasta ese edificio que ahora era resguardado por la policía casi a diario. No había un lugar donde pudieran ir en que no tomaran fotos y no hablaran de ellos. Parecía como si Antonella hubiese contratado a un montón de gente para apuñalarlos sin dejarlos respirar, y de la noche a la mañana, era como si todos estuvieran en su contra.De alguna forma Enzo sabía que era muy difícil la inestabilidad emocional de Antonella, ahora que se encontraba sola. La imposibilidad de no tener hijos, aunque ella nunca los había querido, sumado a un divorcio público que de cierta forma también dañaba su imagen de empresaria. Pero tampoco la podía excusar, él le dio la oportunidad de llevar esto por las buenas, de concluir como amigos respet
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CAPÍTULO 53
Por la mañana Gianna estaba saliendo con varios hombres de seguridad, ya que Enzo en este día no iría a la empresa, porque debía asistir a una cita en la corte con el abogado del divorcio.Ella pudo haberse quedado en casa, pero no quería atrasarse ni un día con respecto al proyecto, porque en una semana estarían presentando todo lo relacionado a los nuevos diseños y la nueva línea de embarazo que ella y Ángelo mostrarían ante toda la asamblea.Llego a la planta como de costumbre, mientras las miradas eran notoriamente hacia ella, y pensó que algo, además de todo el desastre diario, estaba ocurriendo en este día.Se sentó en su oficina y comenzó a revisar los bocetos, para luego recibir una notificación nuevamente de ese número extraño, con un link para abrir.Ella entró a la página web a la que redireccionaba su teléfono y encontró un artículo allí publicado, con varias fotos de página, donde salía ella y Enzo, y una imagen aparte de Antonella, junto a un título que decía: “La verdad
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CAPÍTULO 54
A la mañana siguiente Gianna se movió a los lados para mover su vestido suelto mientras acarició su vientre para desearle buenos días a sus hijos.Alisó un poco su cabello, colocó algo de maquillaje en su rostro, y, por último, dejó un brillo de labios en su boca. Entonces, cuando se giró en su habitación, vio que Enzo estaba terminando de colocarse la chaqueta y se acercó rápidamente a él para arreglarle un poco la corbata, mientras que le daba un beso en la comisura de su boca.—Es una lástima que tengamos que salir de aquí… —dijo él acariciando su cabello.—La verdad es que estoy muerta de nervios, creo que más por ti que por mí.—¿Y eso?—Sé que mis padres no son groseros, pero no sé qué puedan decirte ante su enojo, aunque estoy preparada para cualquier cosa.Enzo tomó su rostro y lo acercó al suyo.—¿No crees que hemos pasado demasiadas cosas, como para preocuparnos por lo que puedan decirme tus padres?—Amaría que te aceptaran…—Lo sé cariño, entiendo lo que deseas. Pero vayamo
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CAPÍTULO 55
Se sentaron en un sofá grande que ella conocía muy bien, y al que solía estar con Rosella cuando ella le contaba sobre la escuela.—¿Cómo es…? ¿Cómo es eso de que te vas? —Bianca preguntó en un tono neutral cuando todos se sentaron—. ¿Has cometido un delito acaso…?Entonces Enzo asintió hacia Gianna para que tuviera la seguridad para hablar.—Seré breve mamá… todo comenzó cuando llegó esta deuda de la hipoteca… estaba al borde de la locura queriendo resolver de alguna forma, porque sé lo importante que es para ustedes esta casa… y allí es cuando la señora Antonella se ofreció a pagarla.—¿Qué? —Carlo fue el primero en interrumpir—. Entonces…—Entonces ella dijo que no podía tener hijos, y que yo era la candidata que había elegido para ser su madre sustituta… no tenía una elección, no sabía cómo pagarle, y ya le debía mucho, no…—¿Hiciste eso solo por la casa? —Bianca se agitó.—Por ustedes… por Rosella… por…—Gianna… ¿Por qué no lo hablaste con nosotros? —preguntó su padre alterado.—
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CAPÍTULO 56
Dos días después, Enzo llegó a la planta de Gianna, como a eso de las ocho de la noche, ya que mañana sería el día de la presentación de la línea de ropa exclusiva para mujeres embarazadas.Sabía que no había un solo empleado allí, y que solo Gianna y Ángelo estaban trabajando, para ultimar detalles.Caminó en largas zancadas rumbo a la oficina, y cuando llegó, pudo escuchar a su hermano:—Este no es mi fuerte, pero debo decir que es un espectáculo.La risa de Gianna inundó sus oídos, y aun sin verla, él pudo sonreír para quedarse parado en la puerta todavía oculto a ellos.—¿Crees siquiera que a Enzo le guste? —ella preguntó a su hermano.—¿Por qué no lo haría?Ella alzó los hombros como una niña.—No sé… tal vez esto no sea de su interés…Enzo notó como Ángelo le sonrió y movió la cabeza.—Parece que no te has dado cuenta… pero si mañana inventas un nuevo barniz de uñas, Enzo será el primero en amar lo que hagas, sin importar qué… ese idiota se volvió loco por ti…Enzo sonrió aspira
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CAPÍTULO 57
—Señorita Ricci… por favor… —Gianna se giró nuevamente cuando otro flash asaltó sus ojos.Toda la semana había sido invadida por reporteros, pero esta vez, a diferencia de otras, las preguntas eran sobre la nueva línea, que tenía un solo nombre en sus estándares.El de ella.Se sentía un poco abrumada con lo nuevo, pero salir y ver en las vallas publicitarias todos sus diseños e ideas, literalmente le tenían el corazón hinchado.Ahora mismo se encontraba con un guardaespaldas que Enzo había puesto para que estuviera fijo con ella en las entrevistas, ya que, por el tema del divorcio, estaban tratando de ser los más discretos posibles, aunque todo el mundo, ya sospechaba de su relación.—¿Qué hizo que esta creación naciera? —ella se giró nuevamente ante la pregunta de otra chica a su lado, mientras su guardaespaldas quitaba un poco a la gente.Y decidió detenerse antes de entrar a la empresa.Sonrió a todos ellos, se metió el pelo en la oreja, y aspiró.—Mis preciosos hijos… por supuest
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CAPÍTULO 58
Tres días después por la tarde, Enzo y Gianna estaban sentados en la sala de espera, entre tanto él movía la pierna incansablemente y ella mordía su uña.Sin embargo, ambos tenían una de sus manos entrelazadas, esperando el momento en que fueran llamados.—Debes tranquilizarte un poco… ya te sudan las manos, cara…Gianna se giró hacia él incrédula.—¿Qué? Estás más nervioso que yo…—Señorita Ricci… pueden pasar… —Ambos se pusieron de pie al tiempo y sin decir una palabra, caminaron hacia el consultorio.Saludaron al doctor hablando de la cotidianidad, de algunos síntomas nuevos, y como incluso su alimentación había cambiado un poco, y para cuando Gianna se sentó en la camilla y se acostó, una lágrima salió de su ojo.La presión y la emoción, era demasiado para soportar.—¿Están ansiosos? —el médico preguntó un momento cuando comenzó a pasar el ecógrafo por el vientre de Gianna.—Más que eso… —La voz de Enzo fue profunda, y el médico sonrió.—Bueno… aquí se ve super claro… pero miraré
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CAPÍTULO 59
Porque el amor no reclama posesiones, solo da libertad… —Gianna… —ella levantó la vista cuando escuchó su nombre.Lo escuchó a lo lejos, como si alguien hubiese susurrado lentamente en el oído, y hubiese calmado su angustia.Ella miró hacia todas partes y solo vio un pasillo vacío, y luego de que se levantó del asiento, comenzó a escuchar algunos gritos.Caminó rápidamente buscando a dónde ir, sabía que estaba en el hospital, pero ¿Por qué estaba sola?Ella llegó al final del pasillo y cuando empujó la puerta, pudo notar a ese mismo hombre parado frente a ella, mientras le apuntaba.Sentía el mismo terror, el mismo zumbido y la falta de oxígeno que ahora mismo la estaba agobiando. Es como si estuviese dentro del agua, y no pudiera respirar, y aunque trataba de tomarlo, su pecho cada vez se comprimía más, hasta que sintió que sus pulmones ardieron.El hombre comenzó a disparar varias veces, y cuando se vio las manos ensangrentadas, comenzó a gritar sin contemplación.—¡No! ¡No!—¡Gian
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