Si alguien le hubiese dicho que iba a experimentar esta sensación de enamoramiento, de un proceso en el que literalmente estaba construyendo algo y que se estaba esforzando en cada momento, en cada palabra, en cada acción para poder tener un resultado positivo en su vida, no lo hubiese creído.No quería comparar a Gianna con Antonella, porque era bizarro incluso hacerlo, pero sabía que, en el pasado, no hizo absolutamente nada para forjar una relación, no tuvo que hacer ningún esfuerzo, ni sintió algún mérito para eso, y por supuesto qué ahora podía notar una diferencia abismal.Unos toques en la puerta hicieron que su boca se torciera en un gesto, y luego se giró lentamente para anotar que Gianna estaba delante de él, completamente seria y con los brazos cruzados.Su vestido suelto solo la hacía parecer fresca, y adoraba como su vientre un poco abultado se notaba ya en este tercer mes.Y de alguna forma, también lo excitaba.—Lamento interrumpirle, señor, pero vengo a colocar una que
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