Capítulo XXXI Al fin había llegado el día tan esperado, después de un domingo de descanso, Mercedes se sentía plenamente feliz, con muchas dudas e incertidumbre, pero si de algo estaba segura era de que le vendría un cambio positivo y radical totalmente para su vida y para la de su madrina.Llegado el día lunes, Mercedes se levanta y comienza a arreglarse, poniéndose lo más presentable y formal que podía para la ocasión, luciendo una hermosa camisa manga larga blanca con flores azules, una falda ceñida al cuerpo por arriba de la rodilla, medias de nilón tradicionales de la época, y no podían faltar unos zapatos con tacón Luis 15, lo que la hacía lucir además de elegante,, le ayudaba a disimular su escasa estatura de 1,50 CM.Luego se dirige a la cocina donde se encuentra su madrina Carlota, y se sienta a desayunar con ella, mientras que esta le dice.–mi niña te ves hermosa y radiante. Toda una ejecutiva–gracias madrina, debo tener excelente presencia. Si hubieses visto todo cuándo
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