Capítulo XXI Y así fueron transcurriendo los días, Mercedes se daba cuenta de que las cosas no eran tan sencillas cómo ella pensaba, una cosa muy distinta era como ella lo soñaba a comparación con la realidad que le estaba tocando vivir. Y eso que afortunadamente contaba con el apoyo de su madrina Carlota, quien a pesar de no poderla ayudar con los gastos, ya qué nunca había trabajado y toda su vida dependió de su hermano, por lo menos la ayudaba con todos sus quehaceres. Pero todo el peso de la manutención del hogar recaía sobre Mercedes quien a pesar de mostrar mucha madurez, aún era muy joven y totalmente inexperta, ella no estaba preparada para tal responsabilidad, ya habían pasado los primeros 5 meses, a punto de vencerse sus depósitos del arriendo, pero lo que ganaba no le daba para cubrir los gastos de la comida, y guardar para el arriendo. Lo que si había podido ir comprando eran las cosas básicas de todo hogar como los platos, cubiertos, sábanas, toallas, escobas, trapeador
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