Capítulo XXXVIAl salir del restaurante Manuel comienza a manejar y le pregunta a Mercedes –¿A dónde deseas que te lleve? –A mi casa–¿A tu casa? ¿No te gustaría compartir conmigo un rato a solas?Dice Manuel mientras se orilla a un lado de la calle y apaga el carro a pocas cuadras del restaurante–¿Qué sucede Manuel? ¿Por qué dejaste de conducir y te estacionaste aquí?En ese instante Manuel pone una de sus manos sobre la pierna de ella y con la otra la agarra acercándola hacía él para besarla apasionadamente mientras desliza su mano de la pierna hacia arriba.Para Mercedes es tan difícil resistirse a Manuel, cada vez que la toca siente que despierta en ella hasta la última fibra y todo se le estremece, por dentro se preguntaba ¿En dónde habría estado este hombre tanto tiempo sin que ella lo conociera?Ella se dejaba acariciar mientras lo acaricia con pasión por la espalda pasando una de sus manos por su caballera, deseaba intensament
Capítulo XXXVII Al día siguiente Carlota se levanta como cada mañana para hacer los quehaceres del hogar, luego se ducha y sale para hacer las compras como cada domingo, y así poder tener todo lo necesario para la semana. Al regresar ya eran casi los once de la mañana, guarda todo lo de sus comprar y al disponerse a hacer el desayuno, unas ricas empanadas de reina pepeada, se despierta Mercedes y se dirige a la cocina. Con una resaca que no la dejaba caminar muy lejos y en eso se sujeta la cabeza y le dice.–Buenos días, madrina, bendición.–Buenos días mi niña, Dios me la bendiga y me la proteja. Por lo que veo no paso muy buena noche.–Buena noche si, lo que no hice fue amanecer bien madrina, me duele todo, me siento como si me hubiesen dado una paliza y siento que la cabeza me va a estallar.–ay Dios mi niña, a eso en mi pueblo le llaman resaca.Mientras se ríe y la mira con ojitos de nostalgia.–necesito algo que me quito esto, pero ya, madrina ¿Cuánto tiempo dura este malestar
Capítulo XXXVIIIAsí finaliza el domingo, ya Mercedes un poco más recuperada, aunque aún le persistía el dolor de cabeza. No le agradaba la idea de volver a tomar de esa manera. Llegado el día lunes se va a Mercedes a su trabajo como cada mañana. Era una rutina que por tantos años ya comenzaba a desgastar la físicamente, se sentía cansada, había momentos en que le faltaba la voluntad para levantarse e irse a trabajar.Pero su sentido de responsabilidad era aún mayor, y no dejaba de preocuparle el crédito por la compra de su apartamento, sabía que era algo que no podía fallar, de ser así automáticamente el banco le quitaría su inmueble…Eso era lo que le daba fuerzas para levantarse cada día. Era una mujer con una trayectoria intachable, nunca faltaba a su trabajo, además que era de ella quien dependía todos los gastos de la casa. Irremediablemente se siente cansada, su cargo como asistente personal del General le llevaba una fuerte y apretada agenda. Ya qu
Capítulo XXXIX Llegado el fin de semana llega el momento tan esperado por Mercedes. Pero aún mucho más por Manuel, quien deseaba con ahínco volver a tener a Mercedes cerca. Ella como toda mujer que bien se ha conservado deseaba casarse como Dios manda, pero no sabía si Manuel era el hombre que cumpliría sus sueños, él estaba totalmente obsesionado por ella, ya parecía una caza. Tan solo esperaba que llegara el fin de semana para encontrarse junto a ella.Y así fue, Mercedes nuevamente se lo topa, pero esta vez no tenía tragos encima ni en ella estaban las pretensiones de beber nuevamente como sucedió la vez pasada, pues además de la resaca que no quería volver a repetir también quería conversar seriamente con Manuel, algo que él no se esperaba. El como siempre, se la lleva a un lugar un poco retirado del lugar y allí se saludan con un ardiente beso mientras él la abraza. En eso ella dice.–Manuel es un gusto volverte a ver, necesitamos conversar.–claro Mercedes como tú digas, vamo
Capítulo XLUna vez dentro de la habitación, Manuel llama por teléfono al servicio de la habitación y pide una botella del mejor vino que tuvieran en el lugar, tal y como a Mercedes le gustaba. Luego Mercedes escucha lo que él acaba de decir y le dice–Manuel, recuerda que te dije que no quiero beber.En ese momento él la toma por la cintura, la carga y la lleva a la cama tomándola por sus manos mientras la besa con sensualidad montándose sobre ella. Mercedes sentía que perdía su voluntad, ya no había nada que hacer, estaba en sus brazos, en medio de la habitación del hotel más caro del lugar, con el hombre que la traía de cabeza. En ese momento no importaban las preguntas ni las explicaciones. Sentía su calor que la arropaba, su fragancia masculina que la impregnaba y esos besos que la hacían soñar con volverlo a ver una y otra vez. Ya no había vuelta atrás.Luego de algunos minutos, llaman a la puerta avisando, servicio de cuarto, luego va Manuel al buzón y recoge la botella jun
Capítulo XLI Al llegar a casa, ya Carlota estaba de pies, con cara de trasnocho, y un poco de tristeza que se le reflejaba en la mirada, por lo cual evitaba mirar a la cara a Mercedes.–Bendición madrina, buenos días. –Dios la bendiga.–¿Qué te sucede madrina? – nada Mercedes, no sucede nada.–Seguro es por la hora que estoy llegando ¿verdad madrina?–no pasa nada Mercedes, anda a cambiarte y a descansar. Que de seguro estás muy agotada.–está bien madrina, como usted diga. En eso Mercedes da la espalda y se retira a su habitación, pero siente mucha pena y vergüenza con su madrina. No quería verle la cara. Sentía una tristeza tan grande, sentía como que se había defraudado a ella y a su madrina que era quien más le importaba en el mundo. Al entrar a la habitación se arroja en la cama a llorar, sentía que nada era como ella lo había soñado por tanto tiempo. El hombre maravilloso y galante que ella había soñado para su vida solo fue un producto de su imaginación, pero la vida le
Capítulo XLII Así transcurrieron algunas semanas, ya casi a un mes de aquel primer encuentro, se había convertido en una costumbre el hecho de encontrarse cada fin de semana Mercedes y Manuel. Todo parecía ir bien, sin ningún tipo de alteraciones, frecuentando los mejores lugares y pasándola bien hasta el amanecer. Manuel plácidamente feliz de estar con esa mujer que lo representaba a donde Iván, pero sin toparse con amistades ni por accidente, pues siempre la llevaba a lugares recónditos de la ciudad o fuera de ella.Mientras que Mercedes disfrutaba de toda esta situación, pero no conseguía la paz y la tranquilidad interior, porque estando con él no sabía en qué momento podía encontrarse con su señora y está podía hacerle un espectáculo. Se debatía entre la contradicción de lo rico que era pasarla junto a él y la sobra de vivir con la angustia de que tarde o temprano los encontrasen Y se armara una trifulca y ella no estaba preparada para eso.No demoró mucho en hacer llegar las ná
Capítulo XLIIIMercedes se había encontrado de frente. No esa terrible verdad, el saber que ese hombre que le gustaba tanto y la había logrado llevar a la cama, era un ser tan malo, y que de paso ella le tendría un hijo.Esto hundiría su moral, sin contar que ahora se empeoraba la situación, pues si la mujer de Manuel se entera a de que el té la a otra y de paso quedó embarazada, no sabía de lo que era capaz. Mercedes sentía que su mundo le daba vueltas. Pensaba en sus padres, con que cara le diría ahora a su papá, que después de 26 años se había casado con un hombre que era comprometido y que a él simplemente no le interesaba esa criatura.Al igual que en su madre Eva, que era una mujer cien por ciento religiosa, estaba segura de que no contaría con su apoyo y que repudiaría el hecho. Y en su trabajo, donde todos la respetaban y la admiraban, ahora de la noche a la mañana tendría una barriga y ante los ojos de todo el mundo ella estaba soltera y sin compr