36. No te muevas, ya vuelvo.(Pasado,)
Russell no pudo evitar acomodar al joven sobre su cuerpo, realmente no deseaba marcharse; sin embargo, tampoco era una opción quedarse.Tomó al joven del mentón y así poder besarlo, jamás unos labios le habían parecido tan apetecibles, como los de su joven amante, tan apetecibles que él no podía permanecer sin probarlos, para Ethan los labios de Vladímir era igual a comer su fruta favorita y era ahí donde estaba lo peligroso. Ethan no es de las personas que se prohíba nada, sobre todo si tiene que ver con algunos de sus placeres culposos por su fruta favorita, la fresa.—Podemos desayunar, puedo cocinar para ti— murmuró Ethan antes de tomarlo fuertemente de su trasero y rodar con él por la cama hasta quedar arriba de él —pero solo prepararía para ti el desayuno, porque sin duda tú eres el desayuno, qué deseo consumir —gruñó con algo de exasperación por no poder hacer eso que deseaba. Tenía que alejarse del joven, de no hacerlo, todo su esfuerzo por no tomarlo, no serviría de nada, pe
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