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41. ¿Qué esperan? ¡Vayan!(Presente)
—Eres mi reina, la ficha más letal del tablero.— la voz de Russell resonó en su cabeza como si no fuera tan solo un recuerdo. Y en cuanto uno de esos hombres estiró la mano para intentar agarrarlo, Vladímir terminó por romperle el brazo en un rápido movimiento donde se lo llevó bajo la axila y lo rompió con el codo.—¿Crees que no sé defenderme, padre?— preguntó Vladímir de pie frente a él, desafiándolo con la mirada.— Ven tú a por mí, como cuando era pequeño— lo retó, haciéndole una señal con los dedos para que se acercara — vamos quítate el cinturón y azótame.—¿Qué esperan? ¡Vayan!Alexei dio la orden haciendo que los tres hombres que quedaban escoltándolo se abalanzaron sobre el chico, y aunque al principio intentó defenderse, le fue completamente imposible.Se sorprendió mucho por la forma en que su hijo lucho. La forma que se enfrentó a los hombres uno a uno, lo hizo sentir un poco de orgullo, pero no. Alexei no debía olvidar que su hijo estaba traicionándolo.—Por poco y me en
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42. Te perdono y ahora lárgate. (Presente)
Alexei era un tonto si creía que por estar en esa posición podría mostrarse altanero con él. Bradley llegó hasta ahí justo con el alcaide, quien se supone era la máxima autoridad en la cárcel. El pobre hombre apenas y podía mantenerse en pie. Bradley no lo mató a causa de la orden de su jefe de solo darle una lección.—Sabes lo que pasaría si este hombre se muere verdad, no creas que no has sido grabado entrando aquí, tengo en mi poder todo lo que tú y este hombre han hablado, matarte sería una forma sencilla de hacerte pagar…—Nadie considerará la palabra de un hombre en la cárcel o mejor dicho de un rey caído— se burló el padre de Vladímir.—Entonces prosigue con lo que hacías y te prometo que no podrás ni siquiera salir de esta cárcel. Te encerraré aquí mismo conmigo. Tras decir eso, Ethan, camino hasta donde se encontraba el padre de Vladímir, podía ver cómo el muy maldito estaba temblando de su cuerpo.No era para menos, sus hombres superaban los de él.—Te lo diré una sola vez,
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43. Yo pretendía ir contigo. (Presente)
—Dime mi reina ¿Qué planes tienes?Esta vez Russell no deseaba pedirle que se fuera con él. Era algo que el joven debía de decidir hacer. Su abuelo no podría oponerse a que él se lo llevara si fuera el mismo Vladímir quien lo decidiera.Siguió bajando Russell por el cuerpo de su reina, besándolo y mordiendo en los lugares que no solo lo harían removerse para liberarse, sino de placer.— No importa los planes que yo tenga, tú te irás cuando todo termine cuando salgamos de aquí— la voz de Vladímir salió quebrada por la excitación y maldijo internamente por eso mordiéndose el labio evitando gemir.—No puedes culparme por lo que he dicho si no me has contado de tus planes.Ethan subió su mirada hacia el rostro de su reina, viendo el sonrojo en su mirada, y la forma que deseaba evitar gemir. Se detuvo en una de sus tetillas, lamiéndola, succionándola, buscando quebrar la resistencia que todavía ponía Vladímir a sus avances. Notando como sus miembros no solo estaban erectos sino también húm
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44. Lo haremos mañana por la noche.(Pasado)
Bradley tenía por fin dos pasajes para los Estados Unidos, por fin tantos su jefe como él, abandonarían el territorio Ruso y regresarían a casa. Ya había pasado demasiado tiempo fuera de su reino, era momento del que el rey negro volviera.—Jefe, tengo todo preparado, he comprado los boletos para el primer vuelo a Estados Unidos.— ¿Quién dijo que me iría a los Estados Unidos?La mirada que Ethan tenía en ese momento heló la sangre de Bradley.— Entonces irá contra las órdenes de Yuri Ivanov.— ¿Crees que dejaré que el hombre que atentó contra Vladímir y contra mí ande libre? ¿Quién piensas que soy como para perdonar algo así?Ni siquiera tuvo que contestar esa pregunta, Bradley sabía la respuesta. Ya le valía al pobre infeliz irse acostumbrando a ser una rata el resto de su vida y jamás volver a aparecer en el radar de Ethan Russell.Sin embargo, no debían de olvidar que ambos seguían en una tierra y territorio extranjero, donde Russell no era el rey.— Pero tú, sí que irás a los Est
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45. Ya sabes lo que tienes que hacer.(Pasado)
— Estaré allí, no lo dudes, jamás faltaría a ninguna de nuestras citas, mucho menos a mi futuro contigo.No podía explicarlo, pero se encontraba impaciente. Cómo si temiera que algo pasara y lo pusiera nervioso, cosa que no le gustaba, por qué estaba ansiando que el día pasara rápido.Sentirse de esa manera era algo impropio de Ethan.Algo en esa fiesta no le gustaba, por lo que sus movimientos eran extraños y erráticos en la fiesta.Sobre todo en el momento que al estar, hablando con el joven Vladímir, se observó a él mismo sobre un enorme tablero de ajedrez, observando como la mayoría de sus piezas habían sido tomadas por el adversario.La única pieza que le quedaba a su disposición era el rey negro. En pocas palabras, en ese tablero solo quedaba él en pie, ya que tanto su alfil, que era Bradley y su reina, que era Vladímir, caían sin remedio justo frente a sus ojos.Era algo cruel, pero, Russell podría permitirse perder a Bradley, pero no al joven. El rey negro se negaba a perder
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46. Sube a tu habitación, y no salgas.(Pasado)
Ethan respondió al beso del joven, le era imposible no cumplirle a Vladímir cualquier cosa que deseara, sobre todo si lo que deseaba eran sus labios.El beso entre ellos fue un beso rápido y que dejó al mafioso Americano con ganas de más. Pero tenían que ser prudentes, sobre todo él — No podía soportar, seguir aguantando a tu padre — mencionó tirando una última vez de su labio inferior, antes de alejarse de nuevo de él— sobre todo no puedo dejarte e irme.Russell tenía que hacerlo o más bien obligarse a dejar al joven por un breve momento esa noche, para ir a encargarse del hijo de puta que había intentado matarlo, era la hora lo sabía por la insistencia con la que su celular vibraba en el interior del bolso de su chaqueta. Bradley era rápido o mejor dicho, quería que su jefe hiciera todo lo que tenía que hacer y regresar y tenía razón, un rey no debe alejarse demasiado de su reino, por mucho que tenga buenos hombres y mantenga todo bajo control.— Así que sube a tu habitación, y no
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47. Mi jefe quiere hablar con usted.(Pasado)
—Dime Bradley, ¿qué harás de ahora en adelante? No creo que tu jefe pueda salir bien librado de esta — Bradley no le contestó a Sergey.No tenía tiempo que perder en medio de una pulla de palabras con el otro sujeto. No, cuando el maldito podía tener razón.Todos podrían morir, tanto su jefe, sus hombres como el mismo.Bueno, siempre estaba preparado para dar la vida, hoy podría ser un gran día para morir, lo único que le molestaba era tener que morir en un lugar lejos de su tierra natal.Por lo que no tuvo mucho tiempo para maldecir a su jefe por perder la cabeza por un estúpido niñato.Por qué eso era lo que era el nieto de Yuri, un estúpido niñato.Ni bien se quejó en su mente cuándo el auto de Russell aparco a un lado de él. Aunque por supuesto no fue él quien lo recibió, sino Sergey, quien en ese momento abría la puerta trasera del auto justo del lado donde Yuri aguardaba sentado.—Mi jefe quiere hablar con usted — Russell no dijo nada, bajó del auto sin emitir palabra alguna, p
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48. ¿Ahora puedes salir de encima?(Presente)
— No siempre tendrás a tus hombres para protegerte— Aseguró Russell sobre el cuerpo de Vladímir, sosteniéndole las manos sobre la cabeza, sin darle oportunidad para que pudiera moverse, manteniéndolo inmóvil contra la fría lona del ring. — La vida estará llena de muchos como Dimitry. La mayoría de la gente que se acercara a ti tras salir de aquí, va a querer algo de ti y te va a traicionar si no obtiene lo que está buscando, sobre todo si alguien más les ofrece algo mejor. Por suerte para nosotros Dimitry ha decidido su destino y nos ayudará a dar un aviso a todos los demás de ahora en adelante, y se lo piensen dos veces antes de querer traicionarte y bueno tu padre, por fin ha decidido mostrar su verdadero rostro, delatándose en cuanto a sus intenciones.— Me ha quedado claro todo lo que tratas de decir, ¿Ahora puedes salir de encima, por favor?— Exigió Vladímir molesto, sabía defenderse, después de un año en la cárcel y con los rigurosos entrenamientos de su pareja, había ganado bas
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49. Nadie, supongo que no soy Nadie. (Presente)
Como si fuera mandado por el mismísimo demonio belcebú o Astaroth, frente a Russell se encontraba la solución.Un joven reo, casi de la misma edad de Vladímir y de su misma complexión, lo estaba observando desde una de las mesas más allá de dónde él se encontraba en esos momentos.Debía ser uno de los reclusos traído de alguna otra cárcel que esa semana estaban de visita o como espectadores para las peleas que se llevaban a cabo todos los fines de semana.Russell sonrió tomando una manzana rosa, caminando hasta donde se encontraba el joven, este no dudo en devolverle la sonrisa. No tardó mucho en hacer que ese joven se mostrará interesado en él, pero sobre todo a conseguir que estuviera dispuesto a hacer lo que le pidiera. Justamente lo que estaba necesitando.Poder enfocar su frustración en otro cuerpo, en otra persona, antes de permitir que el príncipe robara su cordura por completo, además era su culpa por no darse cuenta de que no le gustaba que probara una y otra vez hasta dond
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50. No te dejaré abandonar nuestra mesa. (Presente)
Russell se mantenía callado escuchando a Vladímir.Estaba ansioso por ver lo que haría su reina, pero lo que no espero es que lo obligará a tomar acción al ver que el joven no se levantaba.¿Quién se iría y perdería la oportunidad de poder tener el favoritismo del rey? Por supuesto que nadie lo haría. Lo que no sabía ese joven era que ya había perdido el favor del rey mucho antes de que su reina apareciera —No te dejaré abandonar nuestra mesa— murmuró al oído de su amante al sujetarlo de su muñeca y hacerlo permanecer sentado en sus piernas.—¡Largo! — se dirigió al joven con la mirada fría y oscura, haciendo caer a Vladímir en sus piernas, tomándolo de inmediato de la barbilla.—Óyeme, muy bien mi amada reina mimada. Jamás se te ocurra ceder tu lugar en nuestra mesa a menos que quieras que se arme la guerra entre nuestros hombres, de inmediato — mencionó imponiéndose sobre el joven, evitando que pudiera levantarse y alejarse.La voz de Russell era fría y cargada de peligro que corrí
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