Bradley tenía por fin dos pasajes para los Estados Unidos, por fin tantos su jefe como él, abandonarían el territorio Ruso y regresarían a casa. Ya había pasado demasiado tiempo fuera de su reino, era momento del que el rey negro volviera.—Jefe, tengo todo preparado, he comprado los boletos para el primer vuelo a Estados Unidos.— ¿Quién dijo que me iría a los Estados Unidos?La mirada que Ethan tenía en ese momento heló la sangre de Bradley.— Entonces irá contra las órdenes de Yuri Ivanov.— ¿Crees que dejaré que el hombre que atentó contra Vladímir y contra mí ande libre? ¿Quién piensas que soy como para perdonar algo así?Ni siquiera tuvo que contestar esa pregunta, Bradley sabía la respuesta. Ya le valía al pobre infeliz irse acostumbrando a ser una rata el resto de su vida y jamás volver a aparecer en el radar de Ethan Russell.Sin embargo, no debían de olvidar que ambos seguían en una tierra y territorio extranjero, donde Russell no era el rey.— Pero tú, sí que irás a los Est
— Estaré allí, no lo dudes, jamás faltaría a ninguna de nuestras citas, mucho menos a mi futuro contigo.No podía explicarlo, pero se encontraba impaciente. Cómo si temiera que algo pasara y lo pusiera nervioso, cosa que no le gustaba, por qué estaba ansiando que el día pasara rápido.Sentirse de esa manera era algo impropio de Ethan.Algo en esa fiesta no le gustaba, por lo que sus movimientos eran extraños y erráticos en la fiesta.Sobre todo en el momento que al estar, hablando con el joven Vladímir, se observó a él mismo sobre un enorme tablero de ajedrez, observando como la mayoría de sus piezas habían sido tomadas por el adversario.La única pieza que le quedaba a su disposición era el rey negro. En pocas palabras, en ese tablero solo quedaba él en pie, ya que tanto su alfil, que era Bradley y su reina, que era Vladímir, caían sin remedio justo frente a sus ojos.Era algo cruel, pero, Russell podría permitirse perder a Bradley, pero no al joven. El rey negro se negaba a perder
Ethan respondió al beso del joven, le era imposible no cumplirle a Vladímir cualquier cosa que deseara, sobre todo si lo que deseaba eran sus labios.El beso entre ellos fue un beso rápido y que dejó al mafioso Americano con ganas de más. Pero tenían que ser prudentes, sobre todo él — No podía soportar, seguir aguantando a tu padre — mencionó tirando una última vez de su labio inferior, antes de alejarse de nuevo de él— sobre todo no puedo dejarte e irme.Russell tenía que hacerlo o más bien obligarse a dejar al joven por un breve momento esa noche, para ir a encargarse del hijo de puta que había intentado matarlo, era la hora lo sabía por la insistencia con la que su celular vibraba en el interior del bolso de su chaqueta. Bradley era rápido o mejor dicho, quería que su jefe hiciera todo lo que tenía que hacer y regresar y tenía razón, un rey no debe alejarse demasiado de su reino, por mucho que tenga buenos hombres y mantenga todo bajo control.— Así que sube a tu habitación, y no
—Dime Bradley, ¿qué harás de ahora en adelante? No creo que tu jefe pueda salir bien librado de esta — Bradley no le contestó a Sergey.No tenía tiempo que perder en medio de una pulla de palabras con el otro sujeto. No, cuando el maldito podía tener razón.Todos podrían morir, tanto su jefe, sus hombres como el mismo.Bueno, siempre estaba preparado para dar la vida, hoy podría ser un gran día para morir, lo único que le molestaba era tener que morir en un lugar lejos de su tierra natal.Por lo que no tuvo mucho tiempo para maldecir a su jefe por perder la cabeza por un estúpido niñato.Por qué eso era lo que era el nieto de Yuri, un estúpido niñato.Ni bien se quejó en su mente cuándo el auto de Russell aparco a un lado de él. Aunque por supuesto no fue él quien lo recibió, sino Sergey, quien en ese momento abría la puerta trasera del auto justo del lado donde Yuri aguardaba sentado.—Mi jefe quiere hablar con usted — Russell no dijo nada, bajó del auto sin emitir palabra alguna, p
— No siempre tendrás a tus hombres para protegerte— Aseguró Russell sobre el cuerpo de Vladímir, sosteniéndole las manos sobre la cabeza, sin darle oportunidad para que pudiera moverse, manteniéndolo inmóvil contra la fría lona del ring. — La vida estará llena de muchos como Dimitry. La mayoría de la gente que se acercara a ti tras salir de aquí, va a querer algo de ti y te va a traicionar si no obtiene lo que está buscando, sobre todo si alguien más les ofrece algo mejor. Por suerte para nosotros Dimitry ha decidido su destino y nos ayudará a dar un aviso a todos los demás de ahora en adelante, y se lo piensen dos veces antes de querer traicionarte y bueno tu padre, por fin ha decidido mostrar su verdadero rostro, delatándose en cuanto a sus intenciones.— Me ha quedado claro todo lo que tratas de decir, ¿Ahora puedes salir de encima, por favor?— Exigió Vladímir molesto, sabía defenderse, después de un año en la cárcel y con los rigurosos entrenamientos de su pareja, había ganado bas
Como si fuera mandado por el mismísimo demonio belcebú o Astaroth, frente a Russell se encontraba la solución.Un joven reo, casi de la misma edad de Vladímir y de su misma complexión, lo estaba observando desde una de las mesas más allá de dónde él se encontraba en esos momentos.Debía ser uno de los reclusos traído de alguna otra cárcel que esa semana estaban de visita o como espectadores para las peleas que se llevaban a cabo todos los fines de semana.Russell sonrió tomando una manzana rosa, caminando hasta donde se encontraba el joven, este no dudo en devolverle la sonrisa. No tardó mucho en hacer que ese joven se mostrará interesado en él, pero sobre todo a conseguir que estuviera dispuesto a hacer lo que le pidiera. Justamente lo que estaba necesitando.Poder enfocar su frustración en otro cuerpo, en otra persona, antes de permitir que el príncipe robara su cordura por completo, además era su culpa por no darse cuenta de que no le gustaba que probara una y otra vez hasta dond
Russell se mantenía callado escuchando a Vladímir.Estaba ansioso por ver lo que haría su reina, pero lo que no espero es que lo obligará a tomar acción al ver que el joven no se levantaba.¿Quién se iría y perdería la oportunidad de poder tener el favoritismo del rey? Por supuesto que nadie lo haría. Lo que no sabía ese joven era que ya había perdido el favor del rey mucho antes de que su reina apareciera —No te dejaré abandonar nuestra mesa— murmuró al oído de su amante al sujetarlo de su muñeca y hacerlo permanecer sentado en sus piernas.—¡Largo! — se dirigió al joven con la mirada fría y oscura, haciendo caer a Vladímir en sus piernas, tomándolo de inmediato de la barbilla.—Óyeme, muy bien mi amada reina mimada. Jamás se te ocurra ceder tu lugar en nuestra mesa a menos que quieras que se arme la guerra entre nuestros hombres, de inmediato — mencionó imponiéndose sobre el joven, evitando que pudiera levantarse y alejarse.La voz de Russell era fría y cargada de peligro que corrí
No solo lo aterraba esa mirada gris tan fría como el hielo, también la forma en que el llamado príncipe Ivanov lo trato, como si su vida no valiera nada.Había escuchado los rumores de que el rey negro tenía como amante al principe mimado perteneciente a la familia Ivanov, por lo que no tuvo miedo al momento de tratar de seducir al rey.¿Que podría hacerle ese joven rico que jamás había estado del todo involucrado en los negocios de su familia?Tarde se dió cuenta de que sus suposiones sobre la fragilidad de ese joven era completamente equivocadas, ya que ahora se enfrentaba a su ira.—¿Quieres eso? Respóndeme. Por qué puedo convertirte en la p*ta de la cárcel y convertir tu breve estancia en un infierno... aunque no creo que sacara demasiado por ti… no sería un buen negocio — el joven Ivanov se sacó el colgante con la R que llevaba en su cuello mostrándoselo abiertamente, al tirar de él para acercarlo hasta la letra colgada a la cadena que portaba — ¿O tal vez quieres esto? Lo que di