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Todos los capítulos de Una desgracia llamada tú: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Todo cae por su propio peso
Una fuerte bofetada sonó en el silencioso pasillo.—¡¿Cómo te atreves?!Gritó Bárbara furiosa. En cuanto se le dio aviso a Armando que Liliana estaba en camino al hospital de nuevo se preocupó, debido a que Armando le había mencionado que debido a que ambos habían estado todo el tiempo juntos, tenían muchas probabilidades de que no tardara en llegar un heredero.Pero en lo que nadie había pensado, era en que Héctor era una auténtica bestia con ella, ¿Habría algo capaz de hacerlo cambiar? ¡Hump! ¡Por supuesto que no!Bárbara por primera vez en todo ese tiempo, se sintió muy culpable por Liliana.—¡No tienes permitido acercarte a ella hasta que se recupere!Había esperado muchas cosas de su hijo, pero nunca nada a esa magnitud. Por lo que al escuchar lo que el médico había dicho y las observaciones de Armando. Si estaba embarazada, estaba dispuesta a cumplir con su palabra y respetar su decisión si quería divorciarse.—¡Madre! ¡Ella es mi esposa!Barbara se masajeó el puente de la nari
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Una tierna dependencia
Al abrir la puerta de la habitación de Liliana, la fragancia dulce y débil proveniente de ella, emocionó y preocupo a Oliver. Vio como su hermoso rostro se veía aún más pálido que de costumbre y sus mejillas estaban más hundidas.Sin quererlo, sus feromonas comenzaron a dispersarse, haciendo que Liliana abriera los ojos abruptamente y comenzara a soltar arcadas con mucho esfuerzo.Armando palideció y se dio la media vuelta para empujar a Oliver afuera.—Olvídalo, esto fue una mala idea...—No, espera. Lo siento, solo déjame...—No está a discusión, ya tratamos de forzarla mucho estos días...—¿Quién está... Ahí?La débil voz de Liliana se escuchó, haciendo que Armando se quedara rígido en dónde estaba. Había pasado una semana y no había reaccionado salvo para vomitar. Casi quería llorar.Inmediatamente y olvidándose de todo lo demás, se acercó a ella.—¿Cómo se encuentra? ¿Siente dolor?Ella negó y se sentó sobre la cama mientras se sostenía la cabeza. Pero al sentir esa fragancia...
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Por nuestro futuro juntos
Treinta minutos después, varios hombres llegaron a la oficina de Armando, dejaron las bolsas perfectamente selladas y salieron sin decir nada.Armando miró la torre de mantas y ropa atónito. Se puso de pie y con curiosidad de inclinó para verlas, las sábanas se veían de excelente calidad y las pijamas igual. Un sentimiento agrio de envidia de la buena lo hizo sonreír con impotencia ante esos dos.Un momento después, sacó lo que se necesitaba y envió a una enfermera a llevarle todo. Desde que las feromonas fueron llevadas, Liliana se recuperaba esplendorosamente. Cosa que emocionaba y enorgullecía a Armando de sí mismo.Y, para su sorpresa, debido a su constante exposición (o eso quiso creer), estaba mostrando o desarrollando cierta sensibilidad hacia las personas con casta. Como científico estaba más que emocionado, pero como ser humano, estaba comenzando a desarrollar cierto miedo hacia ello.*******—Señora, le he traído las mantas de hoy, ¿No es su esposo alguien muy atento? Jejeje
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Nada más inesperado
El ambiente en los alrededores, bajó unos grados. Liliana que ignoraba todo lo que pasaba a su alrededor, se aferró a Oliver inundándose en su aroma. Él sin perder su cariñosa sonrisa, quería ver su rostro, pero ella se aferró tanto a él, que debió rendirse o la lastimaría.Al instante, sus feromonas se volvieron agresivas y miró a Héctor.—¿Qué le...?Sintió como sus brazos comenzaban a temblar y las retrajo de inmediato. La abrazó con más fuerza y su melodiosa voz se escuchó cargada de mucho cariño.—¿Sucedió algo? ¿Estás bien?Ella que parecía un poco lucida, hablo, aunque su voz fue levemente opacada debido a que estaba firmemente prendida a su pecho.—Tenía miedo.Para Héctor, fue como si el mundo entero le hubiera caído de lleno en el cuerpo. Jadeo sin palabras y no supo que más hacer.Poco tiempo después, Armando llegó corriendo acompañado de uno de sus internos alfa siguiéndolos.—¡Ufff! Se alejaron mucho, ¿En dónde...? Ah.Por un segundo se sorprendió al ver a Oliver, pero al
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Un truco, crudamente sucio
—¿Qué está pasando?Preguntó Héctor mientras se acercaba. Armando le dio los inhibidores y revisó a Liliana.—No puedo hacer nada aquí, debemos llevarla al hospital. Héctor se acercó a los internos y los inyecto también.Varios curiosos se acercaron a ver el alboroto y Armando se mordió el labio, ninguno de los chicos estaba en condiciones de moverse y las ambulancias eran malditamente lentas. Lo peor era que Liliana parecía tener fiebre, Héctor se estaba moviendo más por instinto que por consciencia y Oliver estaba completamente inconsciente.—Oigan, ustedes.Los tres chicos se miraron entre sí y algo dudosos lo miraron. Rechinó los dientes y molesto volvió a hablar.—¿Quieren ganarse quinientos dólares...?Los chicos inmediatamente se acercaron. Con su ayuda, llegaron al hospital. Después de pagar a regañadientes, ordeno que llevaran a Liliana y Oliver a emergencias.—Señor, su habitación ya está lista. En cuanto tenga noticias lo buscaré...—Me quedaré con ella.Dijo Héctor sin de
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Una terrible y complicada unión
Ella con una mirada de confianza y como si ya hubiera ganado la batalla, los observo sin quitarles la mirada de encima instándolos a responder. Ernest pese a su renuencia aún no olvidaba el gran pesar que le provocaba esa niña.Suspiro profundamente, y al final asintió.Barbara estaba por comenzar a dar órdenes, cuando las palabras de Ernest la detuvieron abruptamente.—A cambio de que declines ese contrato con la niña y divorcies a tu hijo de ella.Por un instante ella casi arroja espuma por la boca. Quería utilizar la misma amenaza, pero entendió rápidamente que el viejo y el mocoso estaban perfectamente de acuerdo de alguna manera.Preferirían morir que dejar ir esa oportunidad y lo peor era, que estaba casi segura de que Liliana estaría completamente de acuerdo con ellos. Y, pese a lo poco reconciliada que se encontraba, acepto de mala gana.—Dandelion, trae el contrato de Liliana.El secretario abrió la boca sorprendido por un segundo, pero inmediatamente salió a cumplir sus órde
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Te comprendo mucho mejor que tú mismo
Las feromonas se dispararon en un segundo y Armando casi salió corriendo del lugar.—¡Doctor!Grito Liliana en busca de ayuda.—¡Lo siento señora! ¡Tengo cosas muy importantes de qué ocuparme!«¿Desde cuándo me habla de usted de nuevo?»Mientras tanto, Héctor se acercó a ella, pero a diferencia de las ocasiones anteriores, era como si hubieran vuelto al primer día. Su cuerpo comenzó a calentarse y a cosquillear.Fue un instante, pero ya estaba completamente empapada y jadeando de deseo. La habitación se volvió sofocante debido a sus esencias concentradas. Ella involuntariamente apretaba sus piernas y mordiéndose los labios dio un paso hacia atrás. Sin embargo, Héctor se detuvo de la nada antes de poder tocarla.Ella tragó y lo escudriño algo sorprendida y a la defensiva. Se recargo hasta en los muebles para tratar de estar lo más lejos posible e intento rodearlo lentamente, no obstante...De la nada con un tirón de su mano, fue abrazada fuertemente mientras Héctor la aprisionaba en su
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¿Se puede dialogar una infidelidad?
—Tío... ¿Por qué decidieron enviarnos hasta este lugar?Ernest sabía que la pregunta llegaría, pero en ese momento no podía responder con sinceridad. Y menos aún mentirle abiertamente. Se masajeó la cabeza y suspiró profundamente.—Hijo, no puedo decirte lo que está sucediendo en este momento, pero prometo que lo haré pronto. Por ahora descansa y trata de arreglar eso con calma, tu madre y yo estamos buscando en los registros familiares sobre esto o si hay algún precedente aún más claro que el que conocemos.Espero sinceramente que encontremos algo, o de lo contrario...Oliver se estremeció y se despeinó auto reprochándose.—Lo siento tío, si no hubiera sido tan impulsivo...Ernest sonrió y negó:—Por supuesto que no, al contrario, sin darte cuenta ayudaste a Liliana más de lo que crees. Ya tengo su contrato revocado en mi poder y si ella lo decide, podrá divorciarse sin problema.—¿Qué dijiste?Pregunto Oliver sorprendido, obviamente el hecho de estar ahí con Héctor le daba una idea
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Un triángulo bilateralmente correspondido
—Liliana...Ella cocinó en silencio y muy diligentemente. Él en algún momento solo se quedó observándola, se veía tan seria y concentrada que era linda.—Increíble, ¿Ese es pollo frito?La voz de Oliver llego de la nada. Liliana al girar sonrió y asintió.—Lo siento por las travesuras de Herminia, es una muy buena persona, pero no sé qué le sucedió hoy...—No te preocupes, sin temor a equivocarme, puedo decir que lo hace por ti. Respeto eso.—¿Estabas cocinándole a él...?Héctor interrumpio al reaccionar sobre eso, tomo el plato que Liliana estaba por entregar y estaba por arrojarlo a la basura. Pero al último segundo y casi en medio de un ataque de pánico, debido a que temía cómo pudiera reaccionar, tomó también lo que había quedado y se lo llevo a la mesa.—Aún tengo hambre.—Héctor... eso es demasiado...—¡No importa! ¡No quiero que hagas nada para él! ¡Si Herminia no hace su trabajo correctamente! ¡Despídela!Oliver al ver su actitud al inicio estaba por explotar, pero al verlo com
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Jamás los dejaré estar juntos
Al regresar a la habitación, como esperaba, Liliana ya estaba dormida. Su hermoso rostro se veía tan tranquilo y suave. Que estuvo a nada de tocar su mejilla.Pero justo cuando estaba por retirarse, su voz somnolienta se escuchó.—Solo acuéstate a dormir.Y se giró para dormir más cómodamente. Él sonrió y se recostó junto a ella, pero teniendo extremo cuidado de no molestarla.Pese a parecer un tronco justo en la orilla de la cama, sonreía como un tonto. Al día siguiente, abrió los ojos y se dio cuenta de que ella ya no estaba en la cama.Se levantó inmediatamente y salió a buscarla.—¡Jajajaja! ¡No puedo creerlo! ¡¿De verdad hiciste algo así?!Al bajar las escaleras, su risa y sus hermosos ojos llorosos por lo mismo, le dieron la bienvenida al comedor.Por un momento se olvidó de la existencia de Oliver y entró él también con una sonrisa, sin embargo, la incomodidad volvió en cuanto la alegría de Liliana, se esfumó de su rostro.Inmediatamente y como si fuera un interruptor, su voz
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