—Si sabes lo feo que se escucha eso ¿verdad? —Valentina no podía quitar la expresión azorada de su rostro-. Nos hace parecer prostitutas de alto rango más que cualquier otra cosa.—No digas bobadas, Valentina. Es como una cita planificada. Después de ese encuentro no tienen que volverse a ver. Y el dinero irá destinado a una ONG. —Por las personas necesitadas podemos hacer un esfuerzo, ¿cierto, Tina? —El rostro de Valeria mostraba cautela. Sabía que estaba de acuerdo con su planteamiento anterior, pero algo la hizo asentir en confirmación.Bianca se despidió de ellas con un exagerado movimiento de manos. —Pero...—Sabes perfectamente que siempre se sale con la suya —la interrumpió Valeria—. Nos iba a arruinar la noche si continuaban hablando. Y aunque quisieras pegarle cuatro gritos, no es el momento, ni el lugar. —Piensas igual que yo. —Sí, pero eso no quita que hace siglos que no tengo una cita. Me hace falta. Y a ti también aunque intentes negárnoslo a ambas. Desde el idiota aq
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