CalistaSonreí girándome para quedar de frente a él, mis manos moviéndose por voluntad propia, desprendiendo cada prenda de su cuerpo sin ser incapaz de apartarme de la intensidad de sus ojos. Me sentía perdida junto a él, temiendo a volverme dependiente de su cuerpo, de su éxtasis. «¿Por qué tenía que ser tan perfecto?». Sus manos también se movieron para bajar el cierre del vestido, contemplando al quedar en ropa interior y por un momento solo disfrutó de la vista como yo lo hacía de la mía. Me encantaba su piel con tinta, preguntándome cómo se vería un tattoo en mi cuerpo. —Por un demonio, Calista —jadeó tomándome fuertemente de la cintura, apresando mis glúteos y alzándome hasta pegarme a la pared más cercana. Mis labios se pegaron a los suyos con salvajismo, mordiendo y chupando, mi cabeza nublándose por el deseo pensando únicamente en él y lo que quería en ese momento. Mis piernas rodeaban sus caderas, nuestras intimidades rozándose y nuestras bocas dejando escapar jadeos ar
Leer más