Calista Le di un largo beso de despedida, aferrándome a sus hombros, derritiéndome en sus brazos y queriendo que no se marchara, no ahora que recién comenzábamos esto. No mentía al decir que lo extrañaría, no me imaginaba llegar a esa enorme casa sin tenerlo a mi lado. —No es necesario que cenes y pases tiempo con ellos —dijo tomando mi rostro con ambas manos. —Lo sé, no te preocupes por eso —me dio un último beso, le sonreí y salí del auto sintiendo una extraña sensación de vacío. Volví al trabajo olvidándome de todo, seguía conociendo más del rubro, del funcionamiento de la empresa. Habían nuevos acuerdos que debía analizar y aprobar, la siguiente semana iría en busca de un nuevo cliente que había fichado. La tarde llegó, recogí mis cosas y salí de la oficina, casi todas las salas se encontraban solitarias, pocos se encontraban trabajando. Subí al ascensor y marqué el primer pido, miré mi reflejo sintiéndome un poco desmoralizada al no estar él esperándome. Revisé mi celular vi
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