Calista Coloqué algo de música y dejé de lado el celular, comencé a moverme al rito de esta, disfrutando de sus reacciones y del deseo abrumante en sus ojos. Su dureza era algo que iba a probar con mi boca antes de tenerlo en mi interior, quería sentirlo y saborearlo, darle placer y perderme en él. Me detuve girándome y tomando su mano, llevándolo conmigo hasta uno de los sofás y lanzarlo ahí, sentándome en sus piernas y besando sus labios, tirando suavemente de ellos y descender mi boca a su cuello, pecho y abdomen, hasta detenerme en su pelvis, me acomodé sobre la alfombra entre sus piernas y elevé la mirada para encontrarme con la suya, era tan intensa que sólo me hizo animarme más a lo que haría. Lo desnudé y tomé entre mis manos su hombría, dándole placer con ellas y con mi boca, acariciando cada parte con mi lengua, disfrutando de su sabor como si fuera el más delicioso postre que hubiese probado. Por un momento me aparté para quitar la prenda que me cubría, tomando mis pechos
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