Prólogo - Dime que no hiciste eso Marina - dijo mi prima a mi lado. - Por favor no me recrimines, no sabes como me duele lo que hice; ni siquiera sabes como me siento. No tuve más alternativa que entregarlo prima y cuando lo hice, sentí que una parte de mí se moría por completo - dije mientras mis lágrimas caían y miraba a mis otros dos angelitos sobre la cama. - Lamento que todo esto haya pasado, pero puedes contar conmigo para lo que quieras. Sabes que ustedes y los bebés pueden quedarse en mi casa el tiempo que quieran, no voy a darle la espalda a mi familia. Menos en estos momentos en que me necesitas tanto Marina. - No sabes cuánto te agradezco esto prima, te prometo que no seremos una carga para tí. Yo saldré a buscar trabajo y te ayudaré con los gastos de la casa. Solamente te pido que nadie se entere de esto; ni siquiera mi madre o mi hermano por favor. - No, nada de eso; tu tranquila. Por el momento tú solo concéntrate en alimentar y cuidar bien a tus bebés, yo la verdad
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