Ana se quedó callada, después de todo, aunque no le gustara, Mario tenía razón en todo lo que le acababa de decir, y en verdad deseaba que apoyarlo, pero a veces las circunstancias la superaban y eso la desesperaba tremendamente.Al evento para recaudar fondos, Mario decidió enviar a Vitto en su representación, se sentía agotado, y no deseaba ver la cara de toda esa gente, siempre aparentando, intentando ser más que el otro.Esa noche se acostaron uno al lado del otro, sin hablar, el ambiente era gélido, cada uno sumido en sus pensamientos.Por la mañana, cuando Mario despertó, Ana no estaba a su lado, se levantó a buscarla, no la encontró por toda la casa, pensó que lo había abandonado, se sentó en la sala, cubrió su rostro con sus manos, y lloró, lloró como un niño, de pronto se sintió solo, una extraña sensación se instaló dentro de su pecho.—¿Te pasa algo? —Al alzar la mirada, ahí estaba ella, vestida con ropa de ejercicio, se notaba agitado, que indicaba que había salido a corre
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