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Todos los capítulos de Diferente ante ti: Capítulo 61 - Capítulo 70
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La favorita
Alondra, afortunadamente, aún no empezaba con sus clases y podría dormir durante todo el día para reponerse.Eva, por su parte, pensaba que si al menos el Jeque fuera apuesto, ella podría acostumbrarse a esa buena vida, podían comprar en línea todo lo que querían, una vez a la semana llegaba avión que llevaba víveres y los pedidos que hacían.El Jeque era multimillonario, así que les permitía todos los caprichos que se les ocurrían, no quería mujeres amargadas en su isla.Alondra se aburría terriblemente, así que pidió ya empezarán sus clases, además se ofreció para ayudar a cuidar a los niños más pequeños en la guardería.El Jeque la pedía constantemente, no le permitía tomar anticonceptivos, así que hacía caso de los concejos de sus compañeras para no embarazarse.Ese día el Jeque por fin decidió dejarla en paz y pidió a Eva, quien ya veía el trato preferencial que tenía Alondra, eso le provocaba envidia, esa noche pensaba aprovechar para ganarse el afecto del Jeque, puso todo de su
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Omitiendo leyes
Más tarde Lucas por fin lograba llegar, cuando subió en compañía de Ana, ni siquiera noto lo lejos que estaba, pero ahora que le tocó bajar caminando solo, el camino se le hizo terriblemente largo.—Hijo por qué has tardado, Ana y tu primo tienen rato que han llegado.—¿En dónde está Ana, abuela?—Está en la habitación con Mario, ojalá arreglen sus diferencias.Él no quería para nada que las arreglaran.—Me marchó Nonna estaré algunos días en la ciudad, antes de irme paso a verte.—Está bien hijo, no te vayas a ir sin venir a verme.Sandra veía con tristeza cómo entre sus nietos había rivalidades, uno siempre queriendo lo que tenía el otro.Elena sonreía satisfecha, había pedido a la azafata que tomara aquellas fotos, se imaginaba la reacción de Ana al verla y eso le divertía.—¿Qué haces ahí riendo sola hija? El que solo se ríe de sus maldades se acuerda.—¡Ay, papá! Tú siempre sabes lo que sucede conmigo.—Te conozco exactamente hija, tanto como la palma de mi mano.Su esposa antes
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Una apuesta
Gabriel le regaló la noche de pasión más intensa que podría imaginar, está de más decir que se olvidaron de dormir, él empezaba a sentir por la chica algo más que un simple deseo.—Pequeña te quiero a mi lado, me siento atado de manos. —Dijo mientras Alondra tenía su cabeza recostada sobre su pecho y con sus dedos dibujaba pequeños círculos sobre su piel.—Sería tan fácil si ese obeso nos hiciera el favor de morir, no podemos simplemente matarlo, nos ejecutarían inmediatamente.—Lo sé, no podemos arriesgarnos, él volvió a poseerla, de manera feroz, casi salvaje, muy diferente a cuando estaba con el Jeque, el detestable hombre a veces se quedaba dormido sobre ella, con dificultad lo hacía a un lado para poder respirar, pues el peso del hombre la asfixiaba terriblemente.Cuando la luz del alba entró por la ventana, la pareja apenas había dormido un par de horas, Alondra empezó a llorar desconsolada.—¡Hey! Tranquila, tienes que ser fuerte, si ese hombre se da cuenta de que nos conocemos
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Supersticiones en Nápoles
Alondra se quedó atónita al escucharla, no podía creer que tuviera una ambición desmedida.—¿Estás segura? Por qué yo me voy, el Jeque me ha dejado ir.En ese momento Eva se dio cuenta del estado en el que estaba Alondra.—¿Qué te ha hecho ese desgraciado?—No tiene caso hablar de eso ahora.—Espera. —Eva buscó rápidamente lápiz y papel para escribir una nota, si alguien se daba cuenta sería castigada.—Toma entrégala a mi padre.—Así lo haré Eva, adiós, espero que puedas obtener lo que quieres.Alondra salió de ahí de prisa, seguida por la mirada de Eva.Cuando subieron al avión, la chica no podía creer que su pesadilla había terminado, el Jeque hizo el intento de despedirse de ella, lo ignoró y subió al avión rápidamente.—¿Qué te dijo mi hija? —Preguntó Gabriel, se sentía desesperado por tener que dejar a su hija ahí.Alondra metió su mano entre sus pechos, Gabriel se le quedó viendo extrañado, sacó la nota que le había dado Eva y se la entregó.El hombre se quedó estupefacto al le
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La muerte del Jeque
Al otro día por la mañana regresaron a Nápoles, a Ana se le hizo extraño ver qué ni Elena ni su padre viajaban con ellos. —¿Ha sucedido algo? Veo que Sandro y Elena no están con nosotros. —Están molestos por lo sucedido ayer, están acostumbrados a que todo mundo se deje pisotear por ellos, ya es hora de que alguien les ponga un alto, jefe soy, yo no Sandro. —Elena está acostumbrada a hacer su voluntad, y su padre la deja. —Así es, pero ya me cansé de ellos, no quiero una relación más allá de los negocios y ellos deben de entenderlo. Ana se dio cuenta de que Mario era sincero, Elena no significaba absolutamente nada para él y eso le causaba alegría, saber que mientras no la recordaba a ella, mantenía una relación con esa otra chica al punto de haberse enamorado de ella. Al llegar a Sicilia inmediatamente se dirigieron a la mansión, fueron recibidos con alegría por los gemelos y por las demás personas en la casa. —Creo que saldremos más seguido, mira como nos han recibido nuestros
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Millonaria
Pronto el rostro del jeque se tornó terriblemente amoratado, su cuerpo se convulsionó con estertores y cayó en el piso junto a la cama.Mientras Eva parada frente a él, lo miraba con total desprecio, cuando vio qué el hombre ya no se movía, comenzó a gritar terriblemente mientras las lágrimas escurrían por su rostro.—Auxilio, alguien, ayuda, por favor.Gritaba con todas sus fuerzas, pronto dos guardias entraron, al ver a su jefe en el piso trataron de reanimarlo sin conseguirlo, se llevaron a Eva a prisión preventiva, para poder liberarla tenían que saber primero cuál era la razón de la muerte del Jeque.El yate ancló en la isla portando en su mástil una bandera negra, señal que desde ese momento estaban de luto, había un gran revuelo, todos querían saber qué había pasado.Después decidieron hacer la autopsia al cuerpo, procedimiento que estaba prohibido era necesario para saber si el Jeque que había sido asesinado.Cuándo tuvieron los resultados se dieron cuenta de qué se había asus
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Un invitado desesperado
Ana se quedó callada, después de todo, aunque no le gustara, Mario tenía razón en todo lo que le acababa de decir, y en verdad deseaba que apoyarlo, pero a veces las circunstancias la superaban y eso la desesperaba tremendamente.Al evento para recaudar fondos, Mario decidió enviar a Vitto en su representación, se sentía agotado, y no deseaba ver la cara de toda esa gente, siempre aparentando, intentando ser más que el otro.Esa noche se acostaron uno al lado del otro, sin hablar, el ambiente era gélido, cada uno sumido en sus pensamientos.Por la mañana, cuando Mario despertó, Ana no estaba a su lado, se levantó a buscarla, no la encontró por toda la casa, pensó que lo había abandonado, se sentó en la sala, cubrió su rostro con sus manos, y lloró, lloró como un niño, de pronto se sintió solo, una extraña sensación se instaló dentro de su pecho.—¿Te pasa algo? —Al alzar la mirada, ahí estaba ella, vestida con ropa de ejercicio, se notaba agitado, que indicaba que había salido a corre
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Descubriendo a la abuela
Mario vio en el chico una oportunidad para poner fin a la pesadilla que estaban viviendo, definitivamente le sería de gran ayuda.—Te pagaré muy bien si decides ayudarme, mi vida y de mi familia penden de un hilo muy delgado, nos atacó en nuestra propia casa en Madrid, ahora no sé si su presencia en este país sea porque nos ha venido siguiendo o sea tan solo casualidad, lo que si es que ha estado atacando los negocios de mi gente.—Entonces ahí está la respuesta que he estado buscando, no encontraba un patrón definido en las personas y negocios los ha estado atacando.—Quién lo iba a decir muchacho, quien menos pensé es quien me ayudara a atraparlo, ¿Estás seguro de que no dará con tu ubicación?—Completamente, jamás arriesgaría de esa manera a Ana y a los pequeños, llevo haciendo esto desde hace muchos años, ni la Interpol ha logrado atraparme ja, ja, ja.Mario observó a aquel chico, era tan escurrido como un fideo, nadie podría sospechar que era un gran hacker.Mario se sentó al lad
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Un nuevo bebé
Todo había pasado tan rápido, Gabriel pensaba que fue muy conveniente que Thomas lo descubriera con Alondra, así no podría negarseSe sentía tan feliz que había descuidado los negocios y eso al escorpión negro no le estaba agradando, afortunadamente el Jeque murió antes de decirle que la chica había regresado, quizá por hacerles la vida imposible a Thomas y a él, se le ocurriera otra cosa para sus hijas.Algo tenía muy claro, nadie iba a alejar a Alondra de su lado, tenía que acabar con el Escorpión negro, solo así podría llevar una vida en paz.Se arrepentía de las cosas terribles que hizo en el pasado, cómo el haber acabado con los hijos de la que fue en su momento el amor de su vida, los odiaba tan solo porque no soportaba que fueran hijos de ella y otro hombre, le recordaban cada vez que los veía que ella había logrado ser feliz al lado de otro hombre.Se sentía triste cada vez que recordaba aquellos sucesos, con la resolución de divorcio entre sus manos, se dirigió hacia la casa
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El hombre que más odie
Ana abrió los ojos enormemente, Mario también estaba muy sorprendida.—Aquí le dejo unos multivitamínicos, y el número telefónico de una excelente ginecóloga, debe acudir a revisión regularmente.El médico salió de ahí, Mario lo acompaño hasta la puerta, después regresó al lado de Ana.—Gracias amor, me haces un hombre muy feliz.—Imagínate yo, que será la primera vez que tenga a uno de mis hijos siendo un bebé entre mis brazos.—Lo siento Ana, en verdad lo siento, te hice sufrir demasiado tiempo.Ana lloró de la emoción que sintió, tocó su aún esbelto vientre.Mario alzó su blusa y le dio un tierno beso.—Serás el bebé más amado del mundo, ¿Qué quieres que sea?—Lo que sea será bien venido.—Ahora le daremos la noticia a la familia, no sé cómo lo tomarán los gemelos.—Eso si será todo un reto, cómo pueden alegrarse, podrían ponerse celosos por completo.—Otro hijo, Ana, jamás imaginé ser tan feliz.Mario estaba muy enamorado de ella, adoraba a sus hijos, pero temía que por estar con
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