Tenía duda, era uno de los que más defendían el viejo sistema de heredar el poder y respetar los códigos, llamó de inmediato a Mondraco, el hombre aún no llegaba a su casa.—Aló.—¿Acaso me has traicionado?Mondraco supo de inmediato que Mario ya se había enterado de su reunión con el Escorpión negro.—Jamás te traicionaría y eso lo sabes perfectamente.—¿Por qué te has reunido con el Escorpión negro y si lo hiciste porque no lo entregaste?—Ese hombre estaba acorralando a mi gente para que yo aceptara reunirme con él, por eso acepte verle, en cuanto a porque no lo entregue, jamás faltaría a una promesa, no puedes entregar o matar a alguien con quien te has reunido así sea tu peor enemigo.Mario sabía que el hombre tenía razón.—¿A dónde lo has visto?—En una vieja bodega en las afueras de la ciudad, pero ahí ya no hay nada, en cuanto salí él también lo hizo.—¡Demonios! Era la oportunidad perfecta, ese hombre es muy escurridizo, ya la gente de los barrios dicen que se transforma, es
Poco después, varios regalos llegaron al salón, había hermosas cosas, eran los regalos que los hombres de Gabriel habían pedido para su jefe y su esposa.Más tarde se despidieron de Thomás y de los invitados que seguirían divirtiéndose, ellos salieron rumbo al hangar, para ir rumbo a su luna de miel.Thomás se quedó triste, se sentía completamente solo, no sabía que haría con su vida de ahora en adelante, ya nadie lo esperaría en casa al llegar.Así que por ese día se olvidaría de su tristeza y se dedicaría a festejar, ahora era el suegro del jefe, siguió celebrando con sus compañeros de trabajo, afortunadamente los conocía a todos, poco después una bella chica se acercó y lo saco a bailar, ese día se divirtió bailando como hacía mucho tiempo no lo había hecho.En el hangar, una hermosa novia y su flamante esposo abordaban el avión privado para volar hasta Hawaii.—No lo puedo creer, por fin conoceré Hawaii, gracias amor. —Le dio un efusivo beso.Así era todo con ella, por eso a su la
—Ana empezó a llorar desconsoladamente, no entendía que estaba pasando, de pronto lo que ella quería ya no era.—¿Dime que no es verdad?—Lo siento Ana, aquí la verdadera Dubedetti eres tú, no yo.Mario se acercó y la abrazó fuertemente.—Lo siento mi amor, en verdad lo siento.De pronto sintió que Ana se desvaneció entre sus brazos.—Ana, mi amor.La llevo hasta el interior de la cabaña, Lilian se acercó preocupada.—¿Qué ha pasado?—Se ha desmayado.Lilian puso atención en la foto que Ana tenía en su mano, la tomó en lo que Carmen echaba alcohol a Ana para intentar reanimarla.—Esta foto... —Palideció al ver de que se trataba.—¿Lo sabías? —Preguntó Mario.—Se la historia, pero jamás me dijo el nombre.—Enrico Dubedetti es su verdadero padre.—¡Dios! Su madre trató de tener el nombre de su padre muy bien guardado, ni a mí me lo quiso decir, solo dijo que era un hombre muy peligroso.—Y lo era. —Contestó Mario.—Ana empezó a reaccionar en ese momento.—Mi amor, ¿Estás bien? Ya viene
Mario corrió de inmediato al lado de Ana para intentar tranquilizarla.—No mi amor, nuestro bebé está bien, solo un poco pequeño, perdón por no estar contigo cuando despertaste he ido a verlo.—Quiero verlo.—No, hija, aún no puedes levantarte.—O me llevan o voy sola.A Mario no le quedó de otra más que pedir una silla de ruedas para llevarla, cuando estuvo frente a su bebé, no pudo evitar llorar aún más fuerte, era tan pequeño.—Míralo amor, es tan pequeño.—Así es mi vida, pero pronto será muy grande y fuerte.Ana se empezó a sentir mareada, Mario la llevo de inmediato de regreso, el médico les llamó la atención.—La señora no puede moverse, su estado de salud es muy delicado.—Lo siento doctor, ella pensaba que nuestro bebé había muerto, tuve que llevarla para que se tranquilizara.—Está bien, pero no vuelvan a hacerlo, no me responsabilizo si pasa algo con ella por andarla moviendo.Ana durmió toda la tarde, la perdida de sangre la mantenía débil.Cinco días después la daban de a
Eva trató de recomponerse, la impresión había sido muy fuerte.—Consciencia mía, no es tiempo de estar molestando, lo pasado, pasado.La soledad le estaba pasando factura, seguía con los encuentros casuales, solo que con mayor precaución por lo que le había pasado.Alondra y Gabriel seguían muy bien en su relación, ella seguía con las inmunoterapias y le iba muy bien, se sentía completamente normal, cómo si no estuviera enferma, ella se quería embarazar, el médico le dio anticonceptivos, le dijo que podría hacerlo cuando ya estuviera completan sana.Un día, al salir de compras, se encontró con Eva, la mujer hizo tal escándalo, que llamó la atención de todos los que ahí estaban, los guardaespaldas no dejaron que la tocara.—Vaya sí que te cuida mi padre, a mí jamás me tuvo así de custodiada—No lo hacía porque era imposible que te cuidara de ti misma, arpía, no sé cómo pude ser tu amiga durante tantos años, eres un ser despreciable Eva—Mira quién habla, la zor*a que destruyó el matrim
Mario volteó a ver al hombre, no tenía idea que era lo que pasaba.—¿Qué pasa Mondraco? —Recibió un fuerte golpe en la cara como respuesta.—¿Qué demonios te pasa, como te atreves?Soy tu jefe, esto puede traerte serias consecuencias.—¿Cómo me atrevo? ¿Cómo te atreves tú a burlarte de esta manera de todo el gremio? El consejo sabrá ahora mismo de la burla de que fuimos objeto por parte tuya y de Enrico.—¿De qué demonios estás hablando? —Mario intentaba mantener la compostura y no demostrar sus nervios, ya sabía de qué iba todo aquello.—No te hagas el tonto, sabes perfectamente de que estoy hablando, estás ocupando un puesto que no te pertenece, si es así serás ejecutado, se exhumará el cadáver de Enrico para hacer una prueba de ADN, si es verdad para lo que dice la nota que llegó que a mí por parte del Escorpión negro, serás ejecutado, desde ahora ni tu familia ni tú podrán salir de esta propiedad, lo único que siento es que se iniciará una guerra por ocupar tu lugar.Mario no dij
—¿Cuál fue el resultado? —Preguntó Mario, estaba muy nervioso, de ese resultado dependía su vida y tal vez también la de su familia.—Positivo, efectivamente, Ana es hija de Enrico. —Dijo Mondraco quien también respiro aliviado al ver que era positivo, Mario tenía todo el derecho de ocupar ese puesto, al igual su hijo, se evitarían muchas muertes con ese resultado.Ana, que estaba parada, se sentó, su mente se esforzaba por asimilar la noticia, si ya lo sospechaba con la fotografía, tener la certeza era diferente, fue una impresión muy fuerte.Mondraco tomó una fotografía de aquel documento, después lo entregó a Ana, la chica lo recibió sin decir palabra, se había quedado muda por la impresión.—Las cosas se quedarán como hasta ahora, he reunido las suficientes pruebas para demostrar que eres hija de Enrico y que Mario ocupa el lugar que le corresponde, si alguien más se enterará podríamos comprobarlo.Mario le contó toda la historia de lo que había pasado con Enrico, más tarde Mondra
Mario sostuvo la mirada a aquel hombre, no se dejaría intimidar, si lo sentenciaban a muerte, cuando menos conservaría su dignidad, sostuvo la mano de Ana, la sintió temblar, la apretó fuertemente.—Lo sé. —Contestó, intentando ocultar su nerviosismo.—Pero por el testimonio que ha dado Vitto, sabemos que no fue tu plan, sino de Enrico que fue quien planeo todo esto al ver que habías perdido la memoria, sabemos también que Enrico no lo hizo con el fin de engañarnos, todo fue echo con el fin de que alguien continuará buscando al asesino de sus hijos para ejecutar su venganza.Otro miembro del concejo se levantó y se les quedó viendo.—En vista de que hemos analizado los hechos y hemos revisado las pruebas, sobre todo las que comprueban que esta mujer, es la única descendiente que queda de Enrico Dubedetti, en pago por todo lo que hizo su padre por nosotros y por nuestra gente, hemos decidido perdonar lo sucedido, este hombre continuará en el puesto que le corresponde, Ana Moreno debes