—Ana empezó a llorar desconsoladamente, no entendía que estaba pasando, de pronto lo que ella quería ya no era.—¿Dime que no es verdad?—Lo siento Ana, aquí la verdadera Dubedetti eres tú, no yo.Mario se acercó y la abrazó fuertemente.—Lo siento mi amor, en verdad lo siento.De pronto sintió que Ana se desvaneció entre sus brazos.—Ana, mi amor.La llevo hasta el interior de la cabaña, Lilian se acercó preocupada.—¿Qué ha pasado?—Se ha desmayado.Lilian puso atención en la foto que Ana tenía en su mano, la tomó en lo que Carmen echaba alcohol a Ana para intentar reanimarla.—Esta foto... —Palideció al ver de que se trataba.—¿Lo sabías? —Preguntó Mario.—Se la historia, pero jamás me dijo el nombre.—Enrico Dubedetti es su verdadero padre.—¡Dios! Su madre trató de tener el nombre de su padre muy bien guardado, ni a mí me lo quiso decir, solo dijo que era un hombre muy peligroso.—Y lo era. —Contestó Mario.—Ana empezó a reaccionar en ese momento.—Mi amor, ¿Estás bien? Ya viene
Mario corrió de inmediato al lado de Ana para intentar tranquilizarla.—No mi amor, nuestro bebé está bien, solo un poco pequeño, perdón por no estar contigo cuando despertaste he ido a verlo.—Quiero verlo.—No, hija, aún no puedes levantarte.—O me llevan o voy sola.A Mario no le quedó de otra más que pedir una silla de ruedas para llevarla, cuando estuvo frente a su bebé, no pudo evitar llorar aún más fuerte, era tan pequeño.—Míralo amor, es tan pequeño.—Así es mi vida, pero pronto será muy grande y fuerte.Ana se empezó a sentir mareada, Mario la llevo de inmediato de regreso, el médico les llamó la atención.—La señora no puede moverse, su estado de salud es muy delicado.—Lo siento doctor, ella pensaba que nuestro bebé había muerto, tuve que llevarla para que se tranquilizara.—Está bien, pero no vuelvan a hacerlo, no me responsabilizo si pasa algo con ella por andarla moviendo.Ana durmió toda la tarde, la perdida de sangre la mantenía débil.Cinco días después la daban de a
Eva trató de recomponerse, la impresión había sido muy fuerte.—Consciencia mía, no es tiempo de estar molestando, lo pasado, pasado.La soledad le estaba pasando factura, seguía con los encuentros casuales, solo que con mayor precaución por lo que le había pasado.Alondra y Gabriel seguían muy bien en su relación, ella seguía con las inmunoterapias y le iba muy bien, se sentía completamente normal, cómo si no estuviera enferma, ella se quería embarazar, el médico le dio anticonceptivos, le dijo que podría hacerlo cuando ya estuviera completan sana.Un día, al salir de compras, se encontró con Eva, la mujer hizo tal escándalo, que llamó la atención de todos los que ahí estaban, los guardaespaldas no dejaron que la tocara.—Vaya sí que te cuida mi padre, a mí jamás me tuvo así de custodiada—No lo hacía porque era imposible que te cuidara de ti misma, arpía, no sé cómo pude ser tu amiga durante tantos años, eres un ser despreciable Eva—Mira quién habla, la zor*a que destruyó el matrim
Mario volteó a ver al hombre, no tenía idea que era lo que pasaba.—¿Qué pasa Mondraco? —Recibió un fuerte golpe en la cara como respuesta.—¿Qué demonios te pasa, como te atreves?Soy tu jefe, esto puede traerte serias consecuencias.—¿Cómo me atrevo? ¿Cómo te atreves tú a burlarte de esta manera de todo el gremio? El consejo sabrá ahora mismo de la burla de que fuimos objeto por parte tuya y de Enrico.—¿De qué demonios estás hablando? —Mario intentaba mantener la compostura y no demostrar sus nervios, ya sabía de qué iba todo aquello.—No te hagas el tonto, sabes perfectamente de que estoy hablando, estás ocupando un puesto que no te pertenece, si es así serás ejecutado, se exhumará el cadáver de Enrico para hacer una prueba de ADN, si es verdad para lo que dice la nota que llegó que a mí por parte del Escorpión negro, serás ejecutado, desde ahora ni tu familia ni tú podrán salir de esta propiedad, lo único que siento es que se iniciará una guerra por ocupar tu lugar.Mario no dij
—¿Cuál fue el resultado? —Preguntó Mario, estaba muy nervioso, de ese resultado dependía su vida y tal vez también la de su familia.—Positivo, efectivamente, Ana es hija de Enrico. —Dijo Mondraco quien también respiro aliviado al ver que era positivo, Mario tenía todo el derecho de ocupar ese puesto, al igual su hijo, se evitarían muchas muertes con ese resultado.Ana, que estaba parada, se sentó, su mente se esforzaba por asimilar la noticia, si ya lo sospechaba con la fotografía, tener la certeza era diferente, fue una impresión muy fuerte.Mondraco tomó una fotografía de aquel documento, después lo entregó a Ana, la chica lo recibió sin decir palabra, se había quedado muda por la impresión.—Las cosas se quedarán como hasta ahora, he reunido las suficientes pruebas para demostrar que eres hija de Enrico y que Mario ocupa el lugar que le corresponde, si alguien más se enterará podríamos comprobarlo.Mario le contó toda la historia de lo que había pasado con Enrico, más tarde Mondra
Mario sostuvo la mirada a aquel hombre, no se dejaría intimidar, si lo sentenciaban a muerte, cuando menos conservaría su dignidad, sostuvo la mano de Ana, la sintió temblar, la apretó fuertemente.—Lo sé. —Contestó, intentando ocultar su nerviosismo.—Pero por el testimonio que ha dado Vitto, sabemos que no fue tu plan, sino de Enrico que fue quien planeo todo esto al ver que habías perdido la memoria, sabemos también que Enrico no lo hizo con el fin de engañarnos, todo fue echo con el fin de que alguien continuará buscando al asesino de sus hijos para ejecutar su venganza.Otro miembro del concejo se levantó y se les quedó viendo.—En vista de que hemos analizado los hechos y hemos revisado las pruebas, sobre todo las que comprueban que esta mujer, es la única descendiente que queda de Enrico Dubedetti, en pago por todo lo que hizo su padre por nosotros y por nuestra gente, hemos decidido perdonar lo sucedido, este hombre continuará en el puesto que le corresponde, Ana Moreno debes
Ana ya no salió a despedirse de Lucas, él se imaginó que Mario no la había dejado y eso, aumento su furia, se despidió de su abuela de inmediato, no quería que se diera cuenta de como se sentía.Dos días después Ana y Mario firmaban los documentos para el cambio de apellidos, el abogado hizo todos los trámites necesarios, el teléfono de Mario que hasta ese día lo era, empezó a sonar insistentemente, se alejó para contestar, Ana supo que algo no iba bien, despidieron de inmediato al abogado.—¿Qué es lo que está pasando? —Preguntó, preocupaba, él estaba completamente pálido.—El Escorpión negro ha quemado todas mis propiedades, me ha dejado completamente en la calle.Ana no podría creer lo que escuchaba, Mario se sentó en un sillón mientras cubría su rostro con sus manos, el trabajo de casi toda su vida se encontraba arruinado.Sandra encendió el televisor, una noticia de tal magnitud, tenía que ser televisada, y efectivamente, la imagen de los casinos y la mansión estaban siendo graba
Sandra se había ido a preparar la comida, quería consentir a su nieta el tiempo que estuviera ahí.—De qué tanto hablan hijas, andén vamos a comer, Lilian fue por los gemelos que ya han terminado sus clases, Ana por favor llama a mi nieto, está en el despacho con el pelirrojo.—Enseguida, ahora vuelvo.Poco después todos estaban ante la mesa, Cristina no dejaba de ver al pobre Franco, que ya se sentía nervioso al tener la mirada de la chica fija en él, era bien parecido, solo que demasiado delgado, tal vez con algunas rutinas de ejercicio podrían solucionarlo, pensó Cristina.Ana la observaba divertida, genio y figura, ese refrán aplicaba perfectamente en ella.Después de comer agradablemente, Cristina se fue con los gemelos a su cuarto, más bien los pequeños se la llevaron, si por ella hubiera sido, seguiría acosando al pobre hacker.Ana se sentía contenta de tener a Cristina ahí, era como una bocanada de aire fresco en pleno verano, siempre los hacía pasar un rato agradable.—Primo,