Sandra se había ido a preparar la comida, quería consentir a su nieta el tiempo que estuviera ahí.—De qué tanto hablan hijas, andén vamos a comer, Lilian fue por los gemelos que ya han terminado sus clases, Ana por favor llama a mi nieto, está en el despacho con el pelirrojo.—Enseguida, ahora vuelvo.Poco después todos estaban ante la mesa, Cristina no dejaba de ver al pobre Franco, que ya se sentía nervioso al tener la mirada de la chica fija en él, era bien parecido, solo que demasiado delgado, tal vez con algunas rutinas de ejercicio podrían solucionarlo, pensó Cristina.Ana la observaba divertida, genio y figura, ese refrán aplicaba perfectamente en ella.Después de comer agradablemente, Cristina se fue con los gemelos a su cuarto, más bien los pequeños se la llevaron, si por ella hubiera sido, seguiría acosando al pobre hacker.Ana se sentía contenta de tener a Cristina ahí, era como una bocanada de aire fresco en pleno verano, siempre los hacía pasar un rato agradable.—Primo,
Mario se puso furioso, iba a exigirle que se disculpara, pero se adelantó Mondraco.—No te lo volveré a repetir Elena, una sola palabra más para molestar a Ana y te vas ahora mismo de regreso a dónde estabas, así que discúlpate en este momento.—Lo siento. —Dijo de mala gana con los dientes apretados.Ana se alegró interiormente de que Mondraco le llamara la atención a su hija públicamente, no es que anduviera por ahí alegrándose de la desgracia de otras personas, pero Elena en verdad que lo merecía.Se sentaron en sus lugares, más tarde Mondraco hizo la presentación de Ana y sus hijos ante los asistentes, quienes aplaudieron emocionados al saber que eran descendientes de Enrico.Ana regresó a la mesa después de la presentación, afortunadamente solo vio caras sonrientes, la única con mala vibra era Elena.—Lo ves mi amor, te dije que tenías que relajarte, después de todo no fue tan terrible.Le dijo mientras besaba su mano, ante la mirada furiosa de Elena, que no perdía detalle.Despu
Desde ahí se volvieron inseparables, se escapaban cada vez que podían para dar rienda suelta a la pasión que sentían, llegó el momento de que Mario empezará a cumplir sus funciones como jefe, la salud de Enrico se había deteriorado, después de su muerte, él quedó completamente a cargo.Elena se sentía relegada a segundo plano, hizo amistad con un chico que era el que la acompañaba a todos lados, Mario se molestaba, ella le dijo que a su amigo no le gustaban las mujeres, así evitaría esas escenas de celos.Un día que hicieron una fiesta en una cabaña, Mario solo estuvo un rato, tuvo que salir a arreglar un asunto, lo soluciono más rápido de lo esperado, así que regresó a la cabaña, todo estaba en silencio, los invitados ya se habían marchado, creyó que encontraría a Elena durmiendo, para su sorpresa, al abrir la puerta escuchó ruidos extraños, se acercó sigilosamente, abrió la puerta de la recámara para llevarse la peor desilusión, jamás lo hubiera pensado, estaba seguro de que Elena l
Cristina estaba cansada de la insistencia de su familia, ella no deseaba casarse con alguien a quien no conocía, con el chico de la fiesta había quedado de verse, pero tenía que salir de la Mansión sin que Lucas se diera cuenta, afortunadamente la cabaña está un poco retirada de la casa. —Estás muy pensativa, ¿Sucede algo?—Ana la notaba inquieta. —Me cité mañana por la tarde con un chico que conocí en la fiesta, pero no quiero que Lucas se dé cuenta de que me veré con alguien, me molesta tener que salir como si fuera pequeña, ya soy mayor de edad y eso mi familia no lo entiende. —Si gustas te puedo ayudar, he visto que su chófer siempre está en el auto aquí frente a la casa. —Sí, es su perro guardián, pienso que lo tiene ahí para que me vigile. —Mi camioneta está guardada dentro, así que podrías ocultarte en la parte de atrás, cuando salgamos solo me verá a mí, así no nos seguirá, si lo intenta lo pararán los guardaespaldas. —¿Harías eso por mí? —Se sintió feliz de saber que cont
Ana, a pesar de que su madre le había dejado una gran fortuna, se crio de manera sencilla, pues a ella no le daban casi nada, creció obteniendo solo lo necesario.—¿Qué pasa? Te has quedado callada,—Recordé que crecí en medio de la opulencia, pero viviendo de manera sencilla.—Ha sido muy difícil tu vida, espero que ya puedas ser feliz junto a mi primo.—Hablando de tu primo, ha de estar gruñón, tiene rato que llegó, me llamó un par de veces y envío mensaje otras tantas para pedirme que ya regresara a casa.—Parece crío, ya ni tus hijos quieren estar tan pegados a ti.—Ja, ja, ja.—¿Ustedes de que tanto se ríen?Antón las había escuchado llegar, bajó las escaleras y se acercó a ellas.—Hola amor, de nada en especial, ¿dónde están mis hijos?—El bebé se ha dormido y los gemelos, como siempre inventando que hacer en su habitación, les he traído un nuevo videojuego, están intentando hallarle el modo.—Voy a estar un rato con ellos.—Te acompaño.La pareja se dirigió a la habitación de l
A la mañana siguiente, Sandra encontró una carta, esos días se quedaba a dormir en la mansión y en el día estaba con Lucas en la cabaña.—Antón, hijo, Cristina se ha marchado.—¿A dónde se ha ido?—No lo sé, me ha dejado una carta, aquí no dice a dónde se ha ido, no desea que sus padres y Lucas la encuentren, todo por esa necesidad que tienen de querer casarla.—No te preocupes, abuela, se ha ido por voluntad propia, tiene derecho a hacer su vida como le plazca, ya está lo suficientemente grande para hacerlo.Sandra recordó en ese momento que Antón antes de perder la memoria siempre consentía a Cristina, más bien parecía que él era su hermano y no Lucas con el que siempre se peleaba.—¿Aún no recuerdas tu pasado junto a tu prima?—Siendo sincero, de eso no recuerdo nada.—Has consentido mucho a Cristina desde pequeña, todo el tiempo fueron muy unidos, se tapaban sus fechorías uno a otro, a pesar de ser más joven que tú, se entendieron perfectamente, se convirtieron en confidentes.—Si
Mondraco y Antón se reunieron con el concejo para hablar sobre Gabriel y el Escorpión.—Entonces Santoro se ha cambiado a Galeano.—Así es, es la mano derecha del Escorpión, Gabriel dio la orden a Thomas Moreno de volar el yate donde yo estaba a bordo.—Todos sentimos que los ataques del Escorpión tienen que ver contigo, son para debilitarte, pero eso también nos está debilitando a nosotros, así que debemos de poner un alto, debes pensar a quien has ofendido como para que te odie de tal manera, quiere debilitarte primero, causarte el mayor daño posible.—Por eso temo por mi familia.—Pues dentro de Sicilia no podrá hacerles daño, le hemos cortado todos los caminos, Mondraco y tú han tomado muy buenas decisiones, ahora lo pensara antes de venir aquí, ha atacarnos tan directamente, creyó que podría venir aquí y adueñarse de nuestro territorio, territorio que ha sido de nuestras familias por siglos.—Como dices, la próxima vez lo pensara muy bien, en el último enfrentamiento tuvo el 100%
Cristina y Rob estaban indecisos, querían viajar por el mundo, pero también querían formar su propia empresa, y se habían dado cuenta de que Estados Unidos era un buen lugar para ello.—¿Qué hacemos fugitiva? Tú dime, lo que a ti te parezca eso haremos.—No lo sé, tengo planes de conocer todos los países, las ciudades y los paisajes más increíbles de este mundo, el Tíbet me llama mucho la atención.—Entonces, ¿Qué te parece si viajamos primero y después regresamos aquí a invertir nuestro dinero?—Me parece genial, de todos modos tengo algunas inversiones que me están generando muy buenos rendimientos.—Así yo, por lo visto, ese es un tema del que no debemos preocuparnos.Los padres de ambos los buscaban furiosos, no tenían ni idea de a donde se habían metido.—Tu hijo no sabe ni lo que hizo al desaparecer de esa manera, desde ahora queda fuera de mi testamento.—Ah, cuando hace algo mal, entonces es mi hijo, cuando obtuvo todos sus logros ahí si era el tuyo. —La mujer ya estaba harta