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Limpiar su imagen
Cristina y Rob estaban indecisos, querían viajar por el mundo, pero también querían formar su propia empresa, y se habían dado cuenta de que Estados Unidos era un buen lugar para ello.—¿Qué hacemos fugitiva? Tú dime, lo que a ti te parezca eso haremos.—No lo sé, tengo planes de conocer todos los países, las ciudades y los paisajes más increíbles de este mundo, el Tíbet me llama mucho la atención.—Entonces, ¿Qué te parece si viajamos primero y después regresamos aquí a invertir nuestro dinero?—Me parece genial, de todos modos tengo algunas inversiones que me están generando muy buenos rendimientos.—Así yo, por lo visto, ese es un tema del que no debemos preocuparnos.Los padres de ambos los buscaban furiosos, no tenían ni idea de a donde se habían metido.—Tu hijo no sabe ni lo que hizo al desaparecer de esa manera, desde ahora queda fuera de mi testamento.—Ah, cuando hace algo mal, entonces es mi hijo, cuando obtuvo todos sus logros ahí si era el tuyo. —La mujer ya estaba harta
De armas tomar
Sandra jugaba con los gemelos, tuvo la desafortunada idea de jugar a la pelota, dio un mal paso, tropezó y cayó por unas escaleras que estaban fuera de la casa en un desnivel que daba al patio, los pequeños corrieron asustados a pedir ayuda, Ana llegó enseguida, al ver a Sandra tirada sobre el suelo, pidió a los gemelos que llamaran a su papá enseguida.Él llegó rápidamente, se preocupó al ver a Sandra en ese estado, la levanto para llevarla al médico, ella se negaba a hacerlo, insistía en que todo estaba perfecto, Antón sin importar lo que ella decía, la subió al auto y en compañía de Ana, la llevó al médico.Todo hubiera estado muy bien de no ser por algunas anomalías encontradas en sus huesos, el médico ordeno algunos estudios, pidió que se quedará un par de días para hacerlos.—Hijo, no quiero quedarme en este hospital, es muy frío y los hospitales me dan miedo.—Abuela, entre Ana y yo la cuidaremos todo el tiempo, no la dejaremos sola.—Gracias hijo.Sandra se tranquilizó un poco
El guardaespaldas de Elena
Días después había llegado la hora de por fin empezar las clases, Elena se vistió lo mejor que pudo, sin llegar a parecer ostentosa, no quería caerle mal a toda la clase, se puso un pantalón capri y una playera ajustada, los dos en color vino, se peinó con una coleta alta, se calzó unos zapatos de tacón alto, se arrepintió enseguida, pues tendría que pasar la mayor parte del día con ellos, los cambió por un par de cómodos zapatos de tacón corrido.Salió de prisa para pasar por su amiga, jamás llegaría sola en un primer día, la francesa solían juntarse en pequeños grupos para criticar a las nuevas chicas, quizá a ella la considerarían algo pasada de peso por ser voluptuosa, en realidad era delgada solo que tenía un poco más de carne donde debía tenerlo.Su amiga ya la esperaba, también se veía muy bien con un pantalón de cintura alta y un pequeño top, ella llevaba el cabello recogido en una trenza larga que caía a un lado, unos zapatos cerrados de tacón corto completaban su atuendo.La
No me gustan los hombres
Por la mañana, Eva se levantó más temprano para irse a la universidad, cuando él salió de su habitación, ella ya no estaba.—¡Demonios! Escuincla malcriada, espero este en la universidad, si ha escapado me castigará mi padre.Busco las llaves de su auto, no las encontró por ningún lado, intento llamar para pedir un auto que lo llevará y no obtuvo resultado, nadie contestó a su llamadoEn la parte de atrás encontró una bicicleta, era rosa suave con una canasta blanca al frente, a los lados colgaban tiras de colores.Se montó en la bicicleta para dirigirse a la universidad, afortunadamente no estaba lejos, todos se reían al verlo pasar, el chico era alto y corpulento, se veía cómico en la pequeña bicicleta de color pastel.Poco después llegó a la universidad, iba furioso y todo sudado, los alumnos que estaban afuera y lo vieron llegar, reían a carcajadas.—Joder, que solo le han faltado moños en la cabeza, ja, ja, ja.Fulminó al chico con la mirada, se dirigió hacia él, cuando estuvo ce
Provocando al guardaespaldas
Alondra estaba en el jardín, se había convertido en su lugar favorito de la casa, Gabriel la observaba por la ventana, ahora pasaba más tiempo con ella, al bar iba tan solo de vez en cuando, ella traía puesto un hermoso vestido amplio en color blanco con amarillo, era corto, había dejado su rubio cabello suelto, se protegía del sol con un bonito sombrero adornado a un lado con un girasol.La chica se acercó a unos rosales, se agachó mientras cerraba los ojos para disfrutar del delicado aroma de aquellas rosas, de pronto sintió un terrible dolor en el vientre, bajó sus manos y las colocó en la zona que le dolía, Gabriel al ver eso corrió hacía ella, Alondra era una chica débil, no pudo con el terrible dolor y se desmayó justo cuando Gabriel llegaba a su lado.—Alondra, mi amor, responde.Ella no reaccionaba, la alzó entre sus brazos para llevarla dentro al área donde estaban los doctores, la atendieron enseguida, necesitarían hacer una cirugía, el bebé estaba sufriendo, afortunadamente
Condenado
Teo se quedó callado, claramente su padre lo estaba chantajeando, pero en algo tenía razón, en Sicilia, entre los miembros del consejo, la palabra era lo que más valor tenía, y no podía dejar en mal a su padre, que se había esforzado durante años por hacerse un nombre y ganarse el respeto de los demás miembros.—Está bien padre, aquí seguiré.Elena se levantó furiosa, todavía no creía que el chico la hubiera dejado ahí sola y desnuda después de sentirse satisfecho y se había marchado como si nada.—Es un perfecto imbécil el tipejo este, que se está creyendo que soy yo, pero ya verá de ahora en adelante.Al otro día acudieron a clases como lo hacían normalmente, al finalizar las clases, Elena salió con uno de sus compañeros para ir a casa del chico a hacer un trabajo, Teo y los guardaespaldas la siguieron, al llegar hasta la casa del chico todo estuvo bien por un rato, estaban trabajando en la sala, Teo estaba afuera recargado sobre su auto, podía ver perfectamente lo que ocurría dentr
Novio Indispuesto
A los hombres que quisieron acercarse para arruinar la ceremonia los detuvieron los guardaespaldas de Gabriel, así que esta vez si se casaron, aunque la cara del novio no fue la mejor durante toda la ceremonia, la madre tuvo que decir que le dolía el estómago para justificar ante los medios su mala pinta.En cambio, la novia estuvo feliz y reluciente, los reporteros hacían comentarios de que no habían visto otra novia a la que le tardara tanto la sonrisa, Eva sabía que se había salido con la suya, pensaba que por alguna especie de milagro había logrado engañar a Leon y a sus padres.Gabriel veía orgulloso, lo bella que se veía su hija, sus hombres le habían avisado que habían intentado acercarse hombres armados, pero los lograron alejar, Gabriel sonrío ante esto, el Escorpión no sabría que era él quién estaba arruinando sus planes, porque creía que él no estaba enterado de que quería destruir a su hija, además de que los hombres que había puesto eran de nuevo ingreso en su grupo, así
¿Quién es ese hombre?
Antón respiraba agitadamente, estaba muy molesto.—¿Qué fue eso, Ana?—¿A qué te refieres?—¿Qué fueron esas sonrisas con Lucas?—Antón, he tenido suficiente de ti y tu familia el día de hoy, afortunadamente mi tía y Carmen se han quedado en la habitación con nuestros hijos, y si le sonrió a Lucas es porque lo considero un buen amigo, y si no te gusta, pues lo siento, si hubiera querido algo con él lo hubiera elegido, pero no, aquí estoy contigo aguantando tus estúpidos celos.Ana se dio la vuelta y se alejó de ahí, dejando a Antón furioso y pensativo, por un lado, sabía que era estúpido sentir celos de Lucas, él mismo había estado ahí cuando Ana lo rechazó, pero no podía evitarlo, la amaba demasiado y el solo pensar en perderla lo enloquecía, subió a su habitación a buscarla, no la encontró, pensó que estaría en el cuarto de sus hijos, de pronto la escucho gritar y llorar desconsolada, los gritos se escuchaban en el cuarto de su abuela.Al entrar la encontró abrazando el cuerpo inert