—¿Cuál fue el resultado? —Preguntó Mario, estaba muy nervioso, de ese resultado dependía su vida y tal vez también la de su familia.—Positivo, efectivamente, Ana es hija de Enrico. —Dijo Mondraco quien también respiro aliviado al ver que era positivo, Mario tenía todo el derecho de ocupar ese puesto, al igual su hijo, se evitarían muchas muertes con ese resultado.Ana, que estaba parada, se sentó, su mente se esforzaba por asimilar la noticia, si ya lo sospechaba con la fotografía, tener la certeza era diferente, fue una impresión muy fuerte.Mondraco tomó una fotografía de aquel documento, después lo entregó a Ana, la chica lo recibió sin decir palabra, se había quedado muda por la impresión.—Las cosas se quedarán como hasta ahora, he reunido las suficientes pruebas para demostrar que eres hija de Enrico y que Mario ocupa el lugar que le corresponde, si alguien más se enterará podríamos comprobarlo.Mario le contó toda la historia de lo que había pasado con Enrico, más tarde Mondra
Mario sostuvo la mirada a aquel hombre, no se dejaría intimidar, si lo sentenciaban a muerte, cuando menos conservaría su dignidad, sostuvo la mano de Ana, la sintió temblar, la apretó fuertemente.—Lo sé. —Contestó, intentando ocultar su nerviosismo.—Pero por el testimonio que ha dado Vitto, sabemos que no fue tu plan, sino de Enrico que fue quien planeo todo esto al ver que habías perdido la memoria, sabemos también que Enrico no lo hizo con el fin de engañarnos, todo fue echo con el fin de que alguien continuará buscando al asesino de sus hijos para ejecutar su venganza.Otro miembro del concejo se levantó y se les quedó viendo.—En vista de que hemos analizado los hechos y hemos revisado las pruebas, sobre todo las que comprueban que esta mujer, es la única descendiente que queda de Enrico Dubedetti, en pago por todo lo que hizo su padre por nosotros y por nuestra gente, hemos decidido perdonar lo sucedido, este hombre continuará en el puesto que le corresponde, Ana Moreno debes
Ana ya no salió a despedirse de Lucas, él se imaginó que Mario no la había dejado y eso, aumento su furia, se despidió de su abuela de inmediato, no quería que se diera cuenta de como se sentía.Dos días después Ana y Mario firmaban los documentos para el cambio de apellidos, el abogado hizo todos los trámites necesarios, el teléfono de Mario que hasta ese día lo era, empezó a sonar insistentemente, se alejó para contestar, Ana supo que algo no iba bien, despidieron de inmediato al abogado.—¿Qué es lo que está pasando? —Preguntó, preocupaba, él estaba completamente pálido.—El Escorpión negro ha quemado todas mis propiedades, me ha dejado completamente en la calle.Ana no podría creer lo que escuchaba, Mario se sentó en un sillón mientras cubría su rostro con sus manos, el trabajo de casi toda su vida se encontraba arruinado.Sandra encendió el televisor, una noticia de tal magnitud, tenía que ser televisada, y efectivamente, la imagen de los casinos y la mansión estaban siendo graba
Sandra se había ido a preparar la comida, quería consentir a su nieta el tiempo que estuviera ahí.—De qué tanto hablan hijas, andén vamos a comer, Lilian fue por los gemelos que ya han terminado sus clases, Ana por favor llama a mi nieto, está en el despacho con el pelirrojo.—Enseguida, ahora vuelvo.Poco después todos estaban ante la mesa, Cristina no dejaba de ver al pobre Franco, que ya se sentía nervioso al tener la mirada de la chica fija en él, era bien parecido, solo que demasiado delgado, tal vez con algunas rutinas de ejercicio podrían solucionarlo, pensó Cristina.Ana la observaba divertida, genio y figura, ese refrán aplicaba perfectamente en ella.Después de comer agradablemente, Cristina se fue con los gemelos a su cuarto, más bien los pequeños se la llevaron, si por ella hubiera sido, seguiría acosando al pobre hacker.Ana se sentía contenta de tener a Cristina ahí, era como una bocanada de aire fresco en pleno verano, siempre los hacía pasar un rato agradable.—Primo,
Mario se puso furioso, iba a exigirle que se disculpara, pero se adelantó Mondraco.—No te lo volveré a repetir Elena, una sola palabra más para molestar a Ana y te vas ahora mismo de regreso a dónde estabas, así que discúlpate en este momento.—Lo siento. —Dijo de mala gana con los dientes apretados.Ana se alegró interiormente de que Mondraco le llamara la atención a su hija públicamente, no es que anduviera por ahí alegrándose de la desgracia de otras personas, pero Elena en verdad que lo merecía.Se sentaron en sus lugares, más tarde Mondraco hizo la presentación de Ana y sus hijos ante los asistentes, quienes aplaudieron emocionados al saber que eran descendientes de Enrico.Ana regresó a la mesa después de la presentación, afortunadamente solo vio caras sonrientes, la única con mala vibra era Elena.—Lo ves mi amor, te dije que tenías que relajarte, después de todo no fue tan terrible.Le dijo mientras besaba su mano, ante la mirada furiosa de Elena, que no perdía detalle.Despu
Desde ahí se volvieron inseparables, se escapaban cada vez que podían para dar rienda suelta a la pasión que sentían, llegó el momento de que Mario empezará a cumplir sus funciones como jefe, la salud de Enrico se había deteriorado, después de su muerte, él quedó completamente a cargo.Elena se sentía relegada a segundo plano, hizo amistad con un chico que era el que la acompañaba a todos lados, Mario se molestaba, ella le dijo que a su amigo no le gustaban las mujeres, así evitaría esas escenas de celos.Un día que hicieron una fiesta en una cabaña, Mario solo estuvo un rato, tuvo que salir a arreglar un asunto, lo soluciono más rápido de lo esperado, así que regresó a la cabaña, todo estaba en silencio, los invitados ya se habían marchado, creyó que encontraría a Elena durmiendo, para su sorpresa, al abrir la puerta escuchó ruidos extraños, se acercó sigilosamente, abrió la puerta de la recámara para llevarse la peor desilusión, jamás lo hubiera pensado, estaba seguro de que Elena l
Cristina estaba cansada de la insistencia de su familia, ella no deseaba casarse con alguien a quien no conocía, con el chico de la fiesta había quedado de verse, pero tenía que salir de la Mansión sin que Lucas se diera cuenta, afortunadamente la cabaña está un poco retirada de la casa. —Estás muy pensativa, ¿Sucede algo?—Ana la notaba inquieta. —Me cité mañana por la tarde con un chico que conocí en la fiesta, pero no quiero que Lucas se dé cuenta de que me veré con alguien, me molesta tener que salir como si fuera pequeña, ya soy mayor de edad y eso mi familia no lo entiende. —Si gustas te puedo ayudar, he visto que su chófer siempre está en el auto aquí frente a la casa. —Sí, es su perro guardián, pienso que lo tiene ahí para que me vigile. —Mi camioneta está guardada dentro, así que podrías ocultarte en la parte de atrás, cuando salgamos solo me verá a mí, así no nos seguirá, si lo intenta lo pararán los guardaespaldas. —¿Harías eso por mí? —Se sintió feliz de saber que cont
Ana, a pesar de que su madre le había dejado una gran fortuna, se crio de manera sencilla, pues a ella no le daban casi nada, creció obteniendo solo lo necesario.—¿Qué pasa? Te has quedado callada,—Recordé que crecí en medio de la opulencia, pero viviendo de manera sencilla.—Ha sido muy difícil tu vida, espero que ya puedas ser feliz junto a mi primo.—Hablando de tu primo, ha de estar gruñón, tiene rato que llegó, me llamó un par de veces y envío mensaje otras tantas para pedirme que ya regresara a casa.—Parece crío, ya ni tus hijos quieren estar tan pegados a ti.—Ja, ja, ja.—¿Ustedes de que tanto se ríen?Antón las había escuchado llegar, bajó las escaleras y se acercó a ellas.—Hola amor, de nada en especial, ¿dónde están mis hijos?—El bebé se ha dormido y los gemelos, como siempre inventando que hacer en su habitación, les he traído un nuevo videojuego, están intentando hallarle el modo.—Voy a estar un rato con ellos.—Te acompaño.La pareja se dirigió a la habitación de l