Perla salió a la terraza y no se percató de que al al fondo al lado izquierdo había un hombre de cabello rojizo, estaba abatida y desesperada, deseaba desaparecer de aquel lugar, si su madre y su hermano no estuvieran en las manos de Arturo, ella no lo pensaría dos veces para huir y desaparecer para siempre.Jeremith estaba ensimismado en sus pensamientos de dolor y rencor, de pronto volteó para regresar adentro y vio a Perla, el corazón se le aceleró, volvió a voltearse dándole la espalda, tomó una bocanada de aire y pensó:"Daría lo que fuera por acercarme a ella, no entiendo por qué está aquí, debería estar adentro fingiendo ser la viuda doliente." De pronto Arturo llegó a la terraza, Jeremith corrió a esconderse detrás de una columna junto a la pared, deseaba poder escuchar lo que hablaban, pero estaba como a veinte metros de distancia, era difícil desde allí escuchar con claridad lo que decían, sin embargo afinó el oído para intentarlo.Perla cerró los ojos y suspiró en silencio
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