Capítulo 32 - La trampa del amor.
El médico lo guio rápidamente hasta una salita, en donde una joven enfermera, de no más de treinta años, lo recibió con una sonrisa suave.—Susan, ¿podrías acompañar al señor Anderson hasta terapia intensiva de neonatología y enseñarle los procedimientos que debe seguir antes de entrar?—Por supuesto, doctor —respondió la enfermera con un ligero asentimiento, antes de dirigirse a Joseph—: Si es tan amable de acompañarme, por favor…Joseph asintió, sin emitir ni el más mínimo sonido, y, tras dedicarle un asentimiento al médico, a modo de agradecimiento, siguió a la enfermera por un excesivamente iluminado y largo pasillo.Luego de unos cuantos minutos de caminata, que se le hicieron eternos, la enfermera se detuvo frente a una puerta acristalada, junto a la cual había un lavamanos y una gaveta, de la cual mujer sacó un ambo, muy similar al que ella llevaba como vestimenta, pero, en este caso, de un azul opaco y deprimente.A continuación, le indicó minuciosamente el procedimiento que d
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