Capítulo 24 - Sería demasiado deshonroso.
Joseph sonrió, un tanto incómodo con la situación, y llamó la atención de Malena.—Ven, Male, siéntate a desayunar y deja que tu madre también lo haga.—Pero, papi, dijiste que mamá tenía algo que contarme. ¿Es cierto, mami? —preguntó en dirección a Eileen.—Así es, cariño. —Asintió y sonrió tanto o más incómoda que Joseph.La niña sonrió y asintió, antes de tomar asiento nuevamente en su lugar y comenzar a comer con ansias.En verdad, Eileen no tenía nada de apetito, realmente, se sentía tan eufórica como incrédula de todo lo que había pasado, que tenía el estómago completamente cerrado. Aun así, decidió comer algo. Después de todo, en el estado en el que se encontraba no podía permitirse no ingerir ni el más mínimo alimento.Cuando los tres terminaron con el desayuno, la niña, que no había parado de hablar en todo momento, haciendo reír a Joseph y a Eileen, se detuvo de pronto, los miró alternadamente a ambos y preguntó:—¿No me dirán nada?Eileen suspiró. Había intentado extender a
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