Capítulo 13. El plan de Adelaida
Roberto estaba de mal humor. Y todo porque su padre, quien era el jefe de la empresa, decidió hacerle una visita en su oficina. El hombre, a pesar de tener sus años, lucía bastante bien y todavía atraía miradas, tal cual si fuese Brad Pitt. Pero, contrario al promiscuo de su hijo, era un esposo fiel, buen padre de familia y una hermosa vida definida.Y, por eso, se sentía muy decepcionado de Roberto, que se la pasaba perdiendo el tiempo en la Asociación, seduciendo empleadas y gastando su fortuna en cosas sin sentido.Y, ese día, no fue la excepción.- Hijo, entiende que solo quiero lo mejor para ti. Si sigues así, nunca podrás heredar esta empresa con sede en Alaska cuando llegue mi hora. ¿Por qué no te consigues una buena mujer para casarte y darme nietos?- ¡Pero papá! ¡No necesito eso! – le reprochó Roberto - ¡Soy feliz como soy! ¡No quiero ser un viejo aburrido como tú!Mientras padre e hijo discutían, Sonia se presentó en la empresa, con su curriculum en la mano y el corazón en
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