2. Adiós Jareth
— No sé de qué te extrañas, llevamos tres años casados y hemos estado juntos solo cinco días — explicó ella llena de sentimientos encontrados.Por un lado, maldecía esos cinco días, por el otro se volvía loca de amor al pensar que dentro de ella había un pequeño bebé creciendo, uno que no crecería con la indiferencia total de su padre y tampoco con la culpa de ser lo que lo amarrara a ella.Sabía que su esposa tenía razón, no era, ni había sido un buen esposo, todo lo contrario la había tratado como mucha frialdad e indiferencia. La única razón, era porque le costaba aceptar que si él era feliz era a causa de su padre, quien lo había obligado a unir su vida a esa mujer. Jareth creyó que se aburriría de su esposa, que tras firmar el divorcio encontraría motivos para alejarse de ella, pero tras conocerla y enamorarla, él también lo había hecho, pero no podía tolerar el hecho que había sido una imposición de su padre, una manera de salvar el negocio familiar y al mismo tiempo hacerlo cre
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