Ahora sí lo había arruinado. ¿En qué estaba pensando cuando me lancé a besarla? Me pudo más la emoción, el impulso del momento, las circunstancias y una lectura, del todo errónea, de la situación y de Esmeralda. Fui un abusivo y así debí quedar frente a ella, que me abrió las puertas de su casa para que acostara a Verónica, nada más, solo era eso, pero yo, como un completo abusador, tenía que aprovecharme de la confianza de una mujer e intentar besarla, por el simple hecho de que había entrado a su casa, como si cada vez que una mujer te deja entrar en a su hogar, entonces lo más lógico es que, al menos, tienes que conseguir un beso de ella. Me sentía como un canalla absoluto.Como si eso no fuera ya suficiente atrevimiento, también tenía que intentar arruinar l
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