—Déjame arreglar tu peinado, es lo único que falta —pidió Vanessa a Angelina, cuyos nervios la tenían poseída por completo. —Lista ¡Estás bellísima! —Angelina se observó en el espejo y amó los resultados. Clara fue a la habitación y, al ver a su hija convertida en una hermosa mujer, no pudo más que sentirse orgullosa. Sin embargo, la tristeza volvió a ensombrecer su breve felicidad. No podía aceptar que Angelina estuviera destinada a Caden Greenwood, ella sabía que aquel apellido solo causaría dolor a su hija. —Te ves muy bonita, debo admitir que Caden… —Clara no pudo terminar la frase. —Finalice la frase, mamá. —Caden, se obsesionará aún más contigo; es él quien resulta beneficiado, no tú como la sociedad lo cree. — Angelina iba a responder, pero el ruido de los cascos de los caballos anunciando que alguien se acercaba logró que la incómoda conversación terminara. Clara abandonó la habitación antes que Angelina, ella era quien recibiría a Caden y le recordaría de nuevo su opos
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