Sebastián tomó asiento, pero tenía la mandíbula apretada, ese gesto de furia, y frustración, era increíble como Hugh sacaba lo peor de su persona, y no podía controlarlo, luego sintió la mano de Violeta, que la acariciaba con suavidad, sonrió al verla, y fue extraño sentir que, entre sus manos, con un solo gesto dulce, ella podía calmar su bestia interior, volverse un mejor hombre solo para ella. Pronto se sirvió la cena, y después saludaron a varios colegas de Sebastián, más tarde comenzaron a bailar, la música y la velada eran realmente buenas y disfrutable. Cuando bailaron, él tomó su mano entre la suya, la acercó a su cuerpo, y pudo percibir todas las miradas sobre ellos, las personas les miraban perplejas, gestos de envidia, morbo, alegría y hasta de coraje, cuando Sebastián observó los ojos de su amada, nada de eso importó ya, porque ella era su mundo, y olvidó por completo que todos los demás existían, solo eran ellos dos en su universo de amor eterno, eran felices, eso era in
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