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Al día siguiente, cuando fueron al hospital, antes de ir por Seraphyna fueron a ver a Milena, Hugh no estaba ahí, el doctor estaba enfadado, pues habían dejado a la paciente abandonada —Lo lamento, mi hijo es un irresponsable. —Entiendo, mire, hemos hecho unos estudios a la paciente, ayer los hicimos, hoy repetimos para asegurarnos, pero son definitivos. —¿Qué sucede? —exclamó Sebastián ante el tono alarmante del doctor—. ¿Ella está bien? —Tiene cáncer cervicouterino en una etapa muy avanzada. Violeta y Sebastián estaban impactados ante tan trágica situación. —¿Ella debe comenzar un tratamiento? ¿Tiene posibilidades de recuperarse? —exclamó Violeta —En este caso el tratamiento será paliativo, debido al avanzado estado de la enfermedad, no puedo darle salvo seis meses de vida, pero dependerá del tratamiento y la fortaleza de su cuerpo. —Ella… ¿Lo sabe? —Acabamos de decirlo. El doctor se marchó luego de decir, y Hugh llegó, Sebastián habló con él, pero notó esa actitud abominab
Rori caminaba sin rumbo, sentía una decepción golpear su corazón, un auto manejaba a su paso, y el sonido de un claxon resonando lo alertó, cuando levantó la mirada, era Betty Ramos quien estaba en el auto —¿Por qué caminas tanto? Vamos, sube —dijo la maestra, Rori sonrió y asintió, subiendo a su lado, pronto manejó —No quiero desviarla. —No lo harás, ¿Qué te pasa? Te ves triste —dijo la mujer —Nada, ya sabe, solo un mal día. —No me hables de usted, por favor, haces que me sienta muy vieja, apenas tengo veintiocho años, te llevaré aproximadamente diez años, no creo que sean tantos. Rori sonrió —Es la costumbre, Betty. —Te invito a tomar un café y verás que estarás mejor. Él la miró extrañado, pero al final aceptó. Sebastián estaba con Vladimir, platicaban al respecto del viaje a la Isla de Sur —Ahora no es un buen momento, Vladimir, tengo algunos problemas, y temo dejar a mi esposa sola. —Lo entiendo, debe ser una situación tan difícil saber que hay una persona dispuesta a
Rori llegó a casa más tarde, y Violeta lo encontró —¿De dónde vienes? Mira la hora que es, pasan de las once, es muy tarde. Él la miró con desespero, no estaba de ánimo, y además estaba ilusionado por la presencia de Betty Ramos en su vida —No soy un niño, ¿Lo olvidas, Violeta? Déjame tranquilo. —¡¿Qué es esa forma de hablarme?! Eres un insensato, ¿Qué sucede con el respeto, Rori? Él se detuvo, y se sintió culpable —Lo siento, solo, no estoy de ánimo. —¿Es por Seraphyna? Él la miró incrédulo de que ella lo supiera —¿Ella te lo dijo? —Violeta asintió —No ha dejado de llorar por ti. —¿Llorar? —exclamó perturbado, pero luego se convenció de que todo era una simple mentira—. ¡Imposible! No me lo creo, ella no tiene sentimientos, ¿Te dijo lo que me hizo? Violeta asintió y le pidió que fuera con ella al salón principal, tomaron asiento —Rori, no todas las personas han tenido la vida amorosa que nosotros tenemos, hay quienes han tenido una vida cruel, triste, sola, mira a Sebasti
—¿Estabas soñando con Hugh? —exclamó y Sebastián no pudo ocultar su molestia en su rostro, temía que Violeta siguiera amando a ese hombre Ella se enderezó, y tomó su mano —Fue una pesadilla. Él la miró con duda —¿Qué soñaste, amor? —Soñé sobre el día en que mataron a mi padre. —Cuéntame —dijo con intriga, observando su rostro triste, aún sostuvo su mano —Es que, cuando a mi padre lo secuestraron, fui yo quien tuvo que reunir el dinero, mi padre había ahorrado toda su vida, tres millones de dólares, tomé todo el dinero y lo llevé en dos maletas, ellos, los secuestradores pidieron que lo dejara en un maletero de un coche viejo, en un estacionamiento abandonado, así lo hice, y me dijeron que mi padre estaría en su propio auto, que estaría estacionado, cuando llegué, así fue, pero… —Violeta sintió que su voz se rompía por el llanto, limpió sus lágrimas, sintiendo ese nudo apresar su garganta—. Pero, mi padre estaba muerto, tenía golpes terribles en su cabeza, ¡Me lo mataron, Sebasti
Sebastián tomó asiento, pero tenía la mandíbula apretada, ese gesto de furia, y frustración, era increíble como Hugh sacaba lo peor de su persona, y no podía controlarlo, luego sintió la mano de Violeta, que la acariciaba con suavidad, sonrió al verla, y fue extraño sentir que, entre sus manos, con un solo gesto dulce, ella podía calmar su bestia interior, volverse un mejor hombre solo para ella. Pronto se sirvió la cena, y después saludaron a varios colegas de Sebastián, más tarde comenzaron a bailar, la música y la velada eran realmente buenas y disfrutable. Cuando bailaron, él tomó su mano entre la suya, la acercó a su cuerpo, y pudo percibir todas las miradas sobre ellos, las personas les miraban perplejas, gestos de envidia, morbo, alegría y hasta de coraje, cuando Sebastián observó los ojos de su amada, nada de eso importó ya, porque ella era su mundo, y olvidó por completo que todos los demás existían, solo eran ellos dos en su universo de amor eterno, eran felices, eso era in
—Suéñalo, Alfredo, ustedes serán lo que son, solo mi sombra —aseveró con furia y se alejó, pero Sebastián se veía descontrolado, Hugh lo notó y se acercó a él aprovechando la ocasión—Padre, ¿Qué te sucede? ¿Te ves fuera de control?—¿Dónde está Violeta?—No lo sé, estaba por aquí, quizás en el jardín.Caminaron juntos, y salieron, entonces pudieron verla, estaba a unos pasos de ellos, hablando con ese hombre, con Pablo Lanzi, y Sebastián sintió que podía morir de terribles celos solo de verla con ese hombre—Ya lo ves con tus propios ojos, mira lo que es, fue lo mismo que me hizo a mí, cuando te encontró a ti, no pensó en olvidarme para comenzar una relación contigo, y ahora, que encontró a Pablo, siendo joven y adinerado, no pensará las cosas, y te dejará a ti también.Sebastián sostuvo a Hugh del cuello con fuerza, con una sola mano, quitándole el aire—¡Cállate! —exclamó mordiendo sus palabras con furia—. Puedes decir lo que quieras, pero sé que estás detrás de todo esto, ¡Aléjate
Cuando Violeta despertó a la mañana siguiente estaba envuelta en los cálidos brazos de su marido, él aún dormía y ella pudo tocar con sus manos su precioso rostro, era un hombre muy varonil, rastros de su barba ligeramente asomaban en su piel, ella tocó con la punta de su dedo índice su nariz, y también rozó sus labios gruesos, y rosados, sus pestañas eran muy largas, era tan atractivo, y hasta ese momento supo cuánto le gustaba, sonrió y dejó la cama para darse una ducha, Violeta pensó en lo mucho que la vida le había cambiado, y aunque algunas vez renegó de su destino, ahora estaba segura de que era brillante y era feliz. Al salir se vistió y bajó de inmediato, dejando aún dormir a su esposo, escuchó unos ruidos abajo y entre más se acercó supo que se trataba de una discusión—¡¿Con quién estabas?! ¿Con quién te estás metiendo, Rori? ¡Debe ser una mujerzuela!—¡Tal vez, pero no debe ser una mujerzuela como tú!Seraphyna le miró con gran desprecio, ella quiso golpear su mejilla, per
Sebastián habló con Vladimir, y él estuvo muy convencido de acompañarlos, luego le pidió a Dante el favor de cuidar de Rori y Seraphyna en su ausencia, ahora solo podía confiar en ese hombre, que estuvo muy seguro de aceptar. Sebastián dejó ir el rumor de que solo estaría en un viaje a Malibú, y que usaría el avión privado, tuvo mucho cuidado de no decir nada de nada, no quería que Hugh sospechara que volvería a Islas del Sur, no quería darle ideas y que se volviera peligroso, pero Sebastián pensó que su hijo estaba arruinado, ya no tenía de dónde sacar recursos para intentar lastimarlo, aunque después de todo, uno nunca podía estar seguro de nada en la vida. Violeta hablaba a solas con Rori—Y entonces, ¿No irás a Malibú como nos dijiste?Ella siseó—Escucha, Rori, esto es muy importante, es de vida o muerte, nadie puede saberlo.Rori rio un poco —¡Venga, hermanita, no seas dramática! —exclamó—Oye, vuelve al chico maduro que eras, necesito un poco de seriedad. —Bien —dijo él enco