-Entonces, ¿Estoy perdonado? - Dijo luego de un rato de ambos estar callados mirando jugar a mi pequeño con el osito. -Aún tengo que pensarlo bien- admití seriamente. No quería apurarme con mi decisión. Si, había sido bueno con el niño, aún así, no me podía comprar tan fácil. No esta vez. -Está bien- dijo volteandose hacia mí. Me tomó de las manos y miré con vergüenza a mi hijo, que no se había dado cuenta, por suerte. –A tu tiempo- Me sonrió de forma comprensiva y besó mis manos. - Yo voy a estar esperando. -Gracias. – dije y mi celular sonó arruinando el momento. Él se alejó respetando mi privacidad, eso me sorprendió, era una nueva actitud en él. Tomé el celular y vi que era un mensaje de texto de un número desconocido. Abrí el mensaje con curiosidad. “Hola Carlita, soy Lily. ¡No, no te estoy hablando para sacarte a tu marido! Jaja, solo que tengo una información sobre tu difunto padre, que en paz descanse, que te puede interesar mucho. Si quieres saber más te espero en el
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