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61. LA OSCURIDAD.
—Valeska —la llamé, pero parecía no querer responderme—. ¿Qué sucede contigo? Cuando me asomé al baño ella ya no estaba. La llamé a su celular y finalmente contestó. —¿Dónde estás? —En el trabajo —mire la hora en el reloj y me di cuenta que aún era una hora más temprano de lo habitual para salir de casa. —¿Por qué? —Tenía que llegar temprano. —¿Por qué no me despertaste? —No era necesario, podías descansar un poco más. —Sabes que siempre te llevo. —Y no es necesario, no soy una niña. ¿Qué si estaba molesto? Eso era decir muy poco para expresar lo que estaba sintiendo en ese momento. Ella me había sacado de su lado, sin razón alguna, al menos aparente. —¿Es por tu jefe? —¿De qué hablas? —parecía sorprendida por mi pregunta. Y me di cuenta en simultáneo de la estupidez de pregunta que había hecho. —¿Qué si te pidieron ir más temprano? —intente corregir, pero eso era demasiado falso. —No, tengo trabajo represado por el nuevo lugar y… decidí venir más temprano. —Querías
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62. SOLO NOSOTROS.
Mis ojos estaban fijos en Valeska, salía del restaurante a la misma hora, pero no me había llamado y tras sus pasos estaba el chefcito ese de cara linda que yo quería partir en dos.¿Por qué no me llamo? No sabía, pero el auto que le había asignado estaba llí esperando por ella. Se despidió formalmente de sus compañeros y partió con rumbo a casa.—¿Señor?—Vamos a casa. El camino se sentía más vacío de lo que debería ser, ella no estaba conmigo, varios carros adelante se encontraba sola, porque quería estar sola y lo podía entender, siempre necesitamos nuestros espacios, pero lo de ella no se debía a eso, se debía a que algo no le había gustado y no era capaz de decirmelo.—¿Qué me escondes Valeska?Los autos se detuvieron en la imponente entrada de la que era nuestra nueva casa y sonreí recordando las razones por las que estaba ahora en un lugar como ese. Esperaba con devoción que el día que mi hermano pudiera regresar a casa, pudiera jugar aquí con su hijo, de la mejor manera posib
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Sinopsis
pues sus padres se murieron en un trágico accidente y es su ambiciosa madrastra la que se hace cargo de ella y de su dinero, mientras la humilla de las peores formas y se gasta toda su herencia, la pequeña sufre en carne propia los peores castigos. A sus 17 años su abuela se la lleva de ese infierno, pero debe seguir luchando para cubrir los gastos del tratamiento de su abuela que perdió su dinero, luego de que su hija lo malversara todo. Valeska a duras penas logra mantenerse en sus estudios universitarios y trabaja, no tiene descanso. Hasta que decide enfrentar a su madrastra que la obliga a casarse para así poder obtener el dinero que le corresponde y que le dejaron sus padres. Sin embargo, Jonella tiene deudas que pagar y la obliga a casarse con el hijo rebelde de la familia más poderosa de los países Nordicos. Ivar es un rebelde y peligroso hombre que esconde secretos y una verdad que cambiará la historia para todos. DESCRIPCIÓN DE LOS PERSONAJES: VALESKA NYGÅRD: 21 años, es un
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64. DOS DÍAS.
No era mentira, la amenaza de Ivar no fue un engaño, una amenaza y menos una mentira.Me castigó, me sometió, me doblego, pero cada cosa la disfruto como si de una montaña rusa se tratase. Dos días sin salir de aquel estudio o despacho, ya el nombre era lo de menos porque en realidad era más bien como una habitación de sexo, sentí mis mejillas rojas como un tomate cuando al salir de allí, me cruce con mi abuela, su sonrisa de complicidad me hizo avergonzar aún más, corrí hasta nuestra habitación como si de una niña pequeña se tratase y tras mis pasos con la camisa abierta y el pantalón desordenado venía Ivar.Sus órdenes fueron claras, solo recibía comida en horarios especí
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65. UN LIGERO GOLPE.
Daven miraba por la ventana, sus ojos estaban fijos en mí y en Ivar que acariciaba mis mejillas tiernamente, las cosas estaban tan bien que realmente parecía un cuento de hadas. Pero yo no creo en cuentos de hadas y mis alertas estaban activas, la vida me había enseñado que las brujas eran más reales que las hadas madrinas. —No quiero separarme de ti. —Ivar, tienes que trabajar y yo… —Ya sé, pero lo odio. —¿Odias trabajar? —No, odio… perder el tiempo con mi padre, parece que las provocaciones no han sido suficientes. —Ivar, los ataques no siempre son frontales y muchas veces el enemigo silencioso es más letal que el enemigo público. Mis palabras tuvieron un efecto inmediato, su semblante cambió drásticamente y la sonrisa se le borró de ese precioso y masculino rostro. —Ivar, yo no… —Entra —presiono mi brazo con demasiada fuerza y casi me empujó en dirección al restaurante. —¿Qué… qué te pasa? —Valeska, no seas terca y obedece. Sus ojos estaban inyectados de una ira qu
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66. CANSADA.
Estaba ayudando a Daven a ponerse de pie cuando la puerta de la cocina se abrió con brusquedad, creí que era la policía, pero sorprendentemente era Ivar.—¿Qué haces aquí? —Mis ojos estaban abiertos como platos. Luego detrás de él entraron 3 hombres que despejaron mis dudas—. Muchos hombres y poca eficiencia, pudieron ayudar.—Tenían órdenes de no interferir con tu trabajo.—Esto era por mi seguridad. —Valeska… —Fue tu padre, no me preguntes cómo lo sé, pero fue tu padre. —Lo sé —sus nudillos estaban apretados y entonces la policía entró. Todos nos quedamos en silencio y casi parecía un velorio.—¿Qué sucedió? —preguntó un hombre, casi de manera desinteresada. —Para ser la policía y que este lugar tenga una alarma directa con sus estaciones, tardaron demasiado.—Mucho trabajo —respondió otro hombre que venía entrando.—No me diga, otros asaltos en una ciudad en la que no tenemos asaltos.—¿Qué insinúa, señorita?—Señora —aclaró Ivar. —Los hombres escaparon por la puerta de atrás
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66. EN LA PLAYA.
—Tomate unos días, todos los necesitamos.—Kadir, no creo que…—Si, Valeska. Los necesitamos, lo que pasó fue…—¿Cómo está Daven?—Bien, no fueron más que magulladuras y un raspón en su mano, pero vivirá, además está bien cuidado.—¿La rubia?—Si, es hermosa, pero él no tiene ojos para ella. —Kadir, estoy terminando de recibir a las personas que van a limpiar, sumado a eso los cocineros llegarán en dos horas y regalaremos canapés a los transeúntes. No voy a dejar que el lugar se manche por…—No fue tu culpa, Daven me lo explico todo y creo que deberías mantenerte segura.—Creeme, mi esposo se encarga muy bien de eso —le dije mientras miraba por la ventana, en la calle habían 5 hombres que me cuidaban a sol y sombra. —Valeska, es una orden.—Pero…—Nos tomaremos 3 días libres, a partir de mañana, se que tienes buenas intenciones, pero Daven y yo… debemos organizar nuestras ideas.—¿A qué te refieres con eso?—A que lo que sucedió…—Kadir, se que es por mi culpa, pero… La puerta del
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67. LA BRUJA.
Después de lo que hizo Valeska por mí, de aquella íntima y simbólica boda que fue solo nuestra, mi cuerpo y mi mente parecían haberse aferrado más a la idea de no dejarla ir. Pero también luchaba contra esa imperiosa necesidad de dejarla ser libre, ella tenía que ser y yo no podía actuar como habían hecho todos a su alrededor, manteniendola bajo un yugo de esclavitud y atada a la voluntad ajena.Porque inclusive su abuela así lo hizo.—Ivar —la anciana me llamó cuando estaba por salir de casa.—Señora.—¿Qué haces a esta hora en casa?—Traía un regalo para Valeska.—¿Podemos hablar? —mire mi reloj más bien por resignación que por otra cosa.—Si. La ayudé a llegar a la sala y allí tomó asiento, bebió agua y se quedó en silencio, la impaciencia me estaba acabando los nervios.—Mi nieta te ama.—Y yo la amo.—No lo estoy poniendo en duda. —¿Entonces qué sucede?—Me queda poco tiempo entre los vivos y quiero que me hagas una promesa.—No creo que sea apropiado que diga algo como eso, ti
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68. EL PRIMER GOLPE.
—¿Qué quieres? —Deje los documentos de lado.—Ivar, mi dinero.—Tu dinero está en tus cuentas.—Sabes de lo que hablo.—No tengo idea —me hice el tonto. —Creo que no fui suficientemente claro.—En eso tienes razón. Pero yo si seré muy claro contigo, la próxima vez que intentes acercarte a mi mujer tan solo para mirarla, te voy a arrancar los ojos y no podrás ver nunca más. —Entonces esa mujer si te importa —afirmó y tomó asiento, cuando Acke tomaba asiento, era porque tenía muchas cosas que decir, pero en pocas palabras—. Eres tan débil. Ivar. —Claro que me importa, la amo—encendí un cigarrillo—. No soy un bastardo como tu que se casó por el dinero de mi madre. Y puedes creer que Valeska es mi debilidad —me reí—, pero esa mujer me da la fortaleza a la que debes temer. —Pero aún así tu mujer sigue teniendo más dinero que tú. —Acke, la diferencia entre tu y yo, es que yo no pienso en el dinero de mi mujer, salvo para retornarlo a sus manos. En cambio tu usaste el dinero de mi madre
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69. SECUELAS.
Cho miraba a Ivar, estaban sentados frente a frente, sin embargo el rubio mantenía los ojos cerrados, las manos cruzadas en su regazo y las piernas abiertas, casi parecía que dormía plácidamente con ningún pensamiento en su cabeza que le torturara de manera constante y dolorosa. —¿No piensas abrir los ojos?—No.—Ivar, estamos a 4 horas más de viaje. Lo más probable es que… —Mi hermano ya está en un hospital, pero sólo confío en ti —Ivar lo interrumpió, porque se sentía más seguro con personas de su entera confianza. Aunque en el avión había un pasajero que no quería tener a su lado. Cho guardó silencio, en parte porque no quería decir nada y en parte porque de la habitación salía Valeska que había ido al baño a lavarse el rostro. —¿Ya abrió los ojos? —le pregunto a Cho.—Me puedes preguntar a mi.—¿Para qué si no cuentas conmigo? —Había sido aquella pregunta un ataque directo a su esposo.Varias horas antes de subirse al avión, Ivar y Valeska habían tenido una fuerte y acalorada
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