Se iban a besar. Ellos se iban a besar y no había nada que se interpusiera en ello, absolutamente nada. Para cualquiera que fuera capaz de observar la luz abrazadora que ardía crepitante en sus ojos lo habría notado… habría comprendido ese deseo que allí habitaba, la necesidad insaciable de poseer al otro. Aegan lo vio y escucho todo; el había permanecido expectante detrás de la puerta, observando todo, escuchando cada palabra. Al parecer, finalmente Damino había tomado una decisión, luchar por Lyra. El príncipe dorado la amaba, demasiado, con cada parte de su corazón, y por eso había tomado la decisión de mantenerse al margen de todo ello. Ese día, unos minutos atrás, por su culpa Lyra podría haber muerto… de no ser por Damino y el, ella ahora estaría muerta, sin nada que hacer para solucionarlo. Aegan trago duro, siendo conocedor de aquella devastadora verdad. El no la merecía, m****a, sabia que no la merecía. Damino podía prometer ser mejor, el solo tenia que aprender a lidiar co
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