Lyra observo a ambos hombres, de uno en uno, mientras sentía como todo su mundo se venía abajo.—No llores, Lyra—dijo Aegan, su voz sonando gangosa, mientras la observaba directamente a los ojos.—Lo lamento… esta no era mi intención—hablo Damino, avanzando hacia ellos con cierta dificultad.El veneno actuaba lentamente, devorando todo a su paso. Sin embargo, el enojo y la rabia dentro de la princesa iba aun mas rápido, con mayor violencia.Lyra clavo su mirada en el príncipe cruel. No había una pizca de amor o calma en ellos, solo la más desastrosa de las tormentas. Damino trago duro, mientras la veía avanzar hacia él.—¡Lo traicionaste! —gruño ella, con los ojos arrebatados de lagrimas que no se dignaban a salir—¡Traicionaste a tu propio hermano… me traicionaste a mí!Damino enderezo su postura, mientras Lyra golpeaba los puños cerrados contra el pecho de este.>—¡Nos traicionaste!—No lo culpes, Lyra—hablo Aegan, a quien el efecto del veneno parecía estar afectando de mayor graveda
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