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76 chapters
31
Habíamos pasado unos días increíbles los cuatro juntos, me sentía joven, pero sentía como si fuésemos un matrimonio y ellos fueran nuestros hijos. Gian adoraba a Piero y él a ellos. Había desarrollado un lazo muy bonito con ambos niños, me encantaba observarlos sin que se percataran y tomarles fotografías. Habíamos turisteado por muchos lugares de París, Susana amaba todo, le había encantado la torre Eiffel. Jugaba mucho con Piero y él la cuidaba demasiado, la sobreprotegía de una manera muy tierna. Fuimos a un parque acuático que Piero reservo solo para los cuatro y no podían estar más contentos los pequeños, disfrutaban cada juego y atracción a más no poder. Ver reír a Gian y Susana era lo más satisfactorio que había sentido nunca antes. Amaba verlos felices, jamás imagine que Piero, el Piero frío y distante fuera miel pura con los niños. Que lo lograran ablandar tanto, al punto de volver muy sensible. Me gustaba ver en lo que se había convertido, no quedaba sombra de aquel monstruo
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Todos incluyéndome quedamos anonadados con la confesión de la rubia, estaba embarazada y nunca lo dijo. Me sentía en el piso, tendría un bebé sin padre, le tocaría lidiar con tanto y ella sola. Por supuesto que la apoyaré en todo el proceso y estaré ahí con ella. Sin embargo, el pecho me dolía con tal fuerza al imaginar que sería un bebé que no conocería lo que es el amor paterno. Yo al menos tuve la dicha de encontrarlo tarde, pero lo logré sentir. Pierina acabó su discurso y se sentó a mi lado, la abracé con fuerza. Con todo lo acontecido no había tenido momento alguno para revisar mi teléfono, por lo que Piero no tenía idea de nada. Gian también dijo unas palabras que me hicieron llorar más.—Para mí Alessandro fue como un hermano mayor, sentía mucha admiración hacía él.—comenzó Gian.—, Antes de que llegará a mi vida mi hermana, pasaba muy solo, Alessandro me hacía sentir menos miserable.—fueron cortas pero muy fuertes sus palabras, mi padre como yo lloramos sin consuelo.Todos los
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La vida tiene altibajos, es como si estuviésemos subidos en una montaña italiana donde algunas veces estamos arriba en la cima admirando la vista, mientras que otras estamos abajo viendo como pasa la vida a nuestro alrededor. Sigo creyendo que la vida nos da muchos golpes, algunos nos noquean otros no hacen caer en cuenta de la vida que tenemos y llevamos. He pasado encerrada en la prisión de las oficinas de la Interpol, durante unos doce días, el tiempo está corriendo sin detenerse y cada día que pasa es uno lejos de mi familia y los Santorini. Era una reclusa, si, una reclusa. Vestía de negro, porque a diferencia de las demás figuraba con una etiqueta de “extra—peligrosa”. La vida aquí dentro no era sencilla ni mucho menos fácil, los guardias eran muy abusivos y aprovechados. Querían abusar de todas cuando nadie los veía o estaban lejos del ojo de las cámaras. Alfred era el único bueno, nos ayudaba en muchas situaciones y estaba al pendiente de todas, para evitar que sus compañeros
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—Entonces señorita Vítale Bianchi, ¿Cómo se declara?—preguntó el fiscal mirándome a los ojos fijamente. —Estoy cansada de explicarle que no sé de qué me están acusando—respondí con cansancio.—No sea insolente señorita, solo limítese a responder lo preguntado—respondió el agente oficial de la interpol.Rodee los ojos con frustración estaba harta de tener que fingir que no sabía nada acerca de todo lo que me acusaban, cuando realmente estaba muy clara de todas mis fechorías. No me hacían sentir orgullosa pero tampoco me avergonzaban. Había pasado un día en aislamiento y por fin pude dormir en paz, sin miedo a que me hicieran algo. Después de varios días viviendo lo cotidiano en esta prisión, fui llevada a la fiscalía de Sicilia, donde seria finalmente juzgada. Así que me encontraba sentada en el estrado respondiendo preguntas, mientras que mi abogado hacia todo lo posible por defenderme. Me habían acusado de asesinato, extorsión, secuestro, mutilación, tráfico de drogas, perso
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Desperté sintiendo un brazo atrapado en mi cintura, unas piernas enrolladas en la mías y un cálido peso a mi lado. Verlo dormir era de mis cosas favoritas, amaba verlo siempre. Pero más amaba dormir junto a él, sentir su respiración en mi nuca me hacía sentir algo inexplicable. Intente no moverme para despertarlo, pero fue en vano. Abrió sus ojos chocando su feroz mirada con la mía, me devoro en un apasionado beso. Escuche rugir su estómago y me reí sin parar, me levante para ir a cocinarle algo. Después de preparar café, huevos, tocino, fruta picada y pan tostado. Se lo lleve a la cama mientras me sentaba junto a él, comimos juntos. Me sonrió de una manera tan tierna, me tenía en la palma de su mano, locamente enamorada. Su sola presencia causaba en mí que millones de endorfinas, serotoninas, dopaminas y oxitocinas se produjeran causándome una felicidad indescriptible. Después de lograr escaparme de la extradición a Estados Unidos, ver a mi familia y abrazar mucho a Gian, hui con Pi
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Me desperté sintiendo el olor alcohol y hospital entrar por mis fosas nasales. Todo para mi tenía cierto olor siempre, el hospital tenía su propio aroma. Lo primero que vi fue al doctor mirándome con suma atención, sonrió al verme despertar. Me sentí un poco extraña e ignoré su intensa mirada, me senté con sumo cuidado me dolía todo el cuerpo. Tenía vendajes, en mi hombro y pierna. Ardía un poco la herida, una enfermera entró colocándome algunos antibióticos por la vía intravenosa. —¿Cómo se siente, señorita Fiorella?—preguntó el doctor, alcance a detallarlo mucho mejor, era muy joven y bastante guapo.—Algo adolorida, ¿sabe algo de mi cuñada?—pregunté apresurada.—No señorita, ya vamos a llamar a su esposo.—dijo finalmente y salió.Suspire con frustración, no saber nada de Pierina me colocaba los pelos de punta, así que no me quedaría tranquila. Me levante arrancando todos los cables, vías y demás que tenía encima. Busque en el armario mis cosas, mi ropa había sido lavada por suerte
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—¿Cómo es que tuviste corazón para matar a una bebé?—pregunté cuestionando lo que contó.—Fue un accidente, no sabíamos que estaba ahí la niña—se defendió—, quemamos una de sus fábricas, su esposa estaba ahí con su hija. No teníamos idea, ¿Además que clase de padre lleva a su pequeña hija a donde producen drogas?—terminó. —Buen punto—acepté.—, ¿Y qué haremos?—pregunté finalmente.—De momento nada, dejemos que se calmen las aguas.—expuso—, debe estar esperando un ataque por lo que estaría preparado y nuestra ventaja siempre será el factor sorpresa.—Tengo mucho que aprender de ti—dijo mi padre tomándonos por sorpresa a ambos. —, Bueno debo marcharme, ¿te quedas con Gian?—preguntó.—Sí claro, no quisiese que se fuera tan rápido—respondí—, Además le gusta cuidar de Alessandro.—Está bien, adiós cielo—beso mi mejilla—, Cuídate, por favor.—No se preocupe me encargaré—dijo Piero por mí.Nos despedimos y se marchó, pasamos la mañana jugando en el jardín con el bebé y Gian. Amaba verlos jun
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—¿Vino del año 43 o del 33?—preguntó la chica organizadora.—Cualquiera estará bien—respondí.—¿Blanco limpio, blanco champan o blanco hueso? Es para los manteles de las mesas. —volvió a preguntar. Me comenzaba a marear con tantas preguntas y al mismo tiempo.—El que quedé mejor—respondí nuevamente.—¿Flores petunias o gardenias? Ambas tienen un importante significado…—alargó.—Ambas entonces—respondí masajeando mi cien, me dolía la cabeza y sentí que me daría migraña.—¿Pastor o sacerdote?—preguntó y no entendí muy bien—, Es decir, ¿Qué religión?—católicos supongo—respondí dándole una mirada en búsqueda de auxilio a Pierina.—¿Servilletas color beige o color hueso?—volvió a preguntar, mi cabeza palpitaba y dolía con intensidad.—Color…—farfulle pero luego negué con mi cabeza.—, Pierina, encárgate por favor. —pedí y asintió sin rechistar.Los preparativos de la boda eran una experiencia inexplicable, el estrés era el principal factor de todo el proceso. Sin embargo, los nervios corrí
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39. FINAL I PRIMERA PARTE.
El dolor de perder a alguien que amas nunca será comparado con el de perder a un familiar, peor aún a un padre o madre. No lograba entender el dolor que sentían Pierina y Piero, pero imaginaba que era horrible. Piero volvió con los cuerpos embalsamados de los Santorini, esa misma noche, fue muy doloroso escuchar los berridos de ambos, en ningún momento dejaron de llorar. Fui muy fuerte para brindarles fortaleza a ellos, me sentía muy mal. No sabía cómo ayudarlos a sobrellevar el dolor, me enfoque en ayudar a Pierina con el bebé. Ahora entendía porque mi papá sufría tanto, porque el temor de que algo nos pasara. Sus elecciones y decisiones tendrían una consecuencia tarde o temprano. Por mucho que doliera es la realidad, toda acción siempre tendrá una reacción. No nos quedaba más que intentar no sufrir esas consecuencias tan pronto, teníamos que seguir alargando la felicidad que teníamos, aunque fuera de poco en poco. La vida nos estaba golpeando muy duro con pérdida tras pérdida. Pero s
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40. FINAL II PRIMERA PARTE.
Narrador omnisciente.Los recién casados subieron al auto que los estaba esperando, donde sus escoltas de confianza los escoltarían hasta el aeropuerto, donde su jet privado los esperaba para llevarlos a su tan esperada noche de luna de miel. Pero no contaban con que el destino tenía otros planes para ellos. Durante el camino hacia la pista de vuelo, un conjunto de camionetas blindadas rodeo a la feliz pareja, tomándolos por sorpresa y arruinando totalmente su día, como era de esperarse los disparos tomaron acción en la escena, mientras que el ahora esposo protegía a más no poder a su ahora esposa. Rob el hombre de confianza o mano de derecha de Piero Santorini, los defendía maniobrando en el auto para evitar a toda costa que los disparos llegaran a ellos. Pero nada funcionó, un auto con un para choque de hierro, chocó el auto. Haciendo que el impacto fuera tan fuerte, que le arrebato la vida a los dos hombres de confianza de Piero. Unos hombres del otro bando vinieron hacia ellos, P
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