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21
Había convencido a mi padre de que necesitaba viajar a Paris para arreglar los asuntos pendientes con Lauro, además de que debía buscar a Paris, valga la redundancia, claro que su madre no pudo ser más creativa con el nombre de mi mejor amiga. Entonces como se escuchó convincente cedió y me prestó a algunos hombres y al piloto con el jet. La anoche anterior había terminado de pasar muy bien, converse muchísimo con ese chico Alessandro, poniéndome al corriente de todo lo relacionado con el negocio de mi padre. También le pedí que no fuera a decirle nada a mi padre de mis verdaderas intenciones de viajar a Paris, además de que me cayó súper bien y yo también parecí agradarle porque se hizo mi cómplice. Y no dijo palabra alguna a Georgiano, se ofreció a ser mi escolta personal y mi padre acepto encantando. —¿Volverás pronto? —preguntó Gian mientras se aguaban sus ojitos.—Sí pequeñín, no me demoro nada—dije y le desordene el cabello, me agache y lo abrace muy fuerte—, prometo traerte a
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22
El amor es un sentimiento reconfortante que ayuda apaciguar recuerdos frustrantes del pasado, amaba a Piero y ya no quería tener que guardármelo ni resistirme a la química que teníamos, el cosquilleo que sentía cuando me besaba o tocaba, me hizo borrar esas huellas del pasado que siempre estuvieron conmigo. Me sentía muy feliz y completa, tenía lo que siempre quise, una familia y un amor verdadero. A pesar que no podía olvidar el gran detalle de que era el asesino de mi madre, el amor que sentía por él tenía mucho más impacto. Después de visitar a Paris, mi mejor amiga y ayudarla a salir de esa cafetería y ofrecerle una sociedad, había regresado a Sicilia con Alessandro y Fran, mi padre no sospechoso nada, pero decidí decirle la verdad. No quería guardarle secretos, quería ser transparente y sobretodo sincera. Así que lo enfrenté y le dije la verdad, al principio estaba un poco molesto y para nada a gusto. Pero luego finalmente acepto, dijo que lo que me hiciera feliz a mí lo haría a
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—¿Quién eres? —demandé saber, este hombre de cicatriz escalofriante me seguía mirando con intriga.—¿Acaso tú padre y este niño bonito no te lo dijeron? —preguntó con cinismo. —Alessandro, ¿de qué está hablando? —pregunté confundida, no quería imaginar nada porque mi mente era traicionera y creaba diversos escenarios donde siempre salía perjudicada yo.—Ginebra, él es tu asqueroso y traidor tío.—respondió Alessandro. Tenía un tío y no lo sabía, cuando conocí a la familia nunca hablaron de él. Tenía entendido que solo eran mi papá y la tía Lilian, la abuela Lía no había tenido más hijos. Al menos claro está de que fuera hijo de otra mujer del abuelo.—¿Cómo es tú nombre?—pregunté—, ¿y cómo es posible que tú seas hermano de mi padre?—Bueno en el pasado cometí muchos errores, mi madre era una amante de tú abuelo Giorgio. Yo era un bastardo y Georgiano nunca me quiso, por esa razón me uní a su peor enemigo, Adriano Santorini—contó y la sorpresa me invadió, más y más secretos salían a r
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Había sido una sorpresa muy linda de parte de Piero, no me esperaba algo así de parte de él pues siempre demostró ser frío y poco cursi. Pero me encantaba ver que lograba despertar esa parte en él, me sentía especial y única. Me tendió una bolsa de regalo, la abrí y era un bikini de victoria secret. No estaba para nada mal, tenía un excelente gusto.—Me lo probaré, esta precioso, gracias amor—agradecí tomando su rostro en mis manos y dándole un beso repentino. —Sí cada vez que te regale un bikini me agradecerás así, te compraré toda la línea de trajes de baño de Victoria Secret.—respondió divertido, al levantarme me dio una nalgada, tomándome desprevenida. Caminé hasta una casita que había y era pequeña, tenía una habitación, una cocina y el baño. Rápidamente me cambié y salí algo apenada, allí estaba él ya cambiado también. Nos adentramos en la piscina que tenía una temperatura perfecta y con un control le activo las burbujas, nadamos un poco, hicimos competencias donde siempre me
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25.Me desperté y vi la hora en la pantalla de mi teléfono 8h y media, vi la cama que había mandado a traer para Pierina vacía. Imaginaba que se había ido con Alessandro. Tomé una ducha y me vestí casual un jean claro, botines color miel y una blusa de tiritas a juego con los zapatos. Me recogí el cabello porque no aguantaba el calor que estaba haciendo, tomé mis cosas y bajaría llevar al colegio a Gian. —¡Sorpresa, feliz cumpleaños! —gritaron todos, al verme entrar a la cocina, había un pastel enorme en el centro con un desayuno digno de un banquete. —Pero hoy no es mi cumpleaños—respondí sonriendo—, Cumplo el treinta de julio, estamos recién en febrero.—Un día como hoy naciste hace veinte tres años—dijo mi abuela—, ¡Feliz cumpleaños cielo! Recibí los abrazos por parte de todos, se sentía de lujo que te celebraran un cumpleaños, nunca me habían dado ni un caramelo en mis antiguos cumpleaños, habían pasado cuatro años de todo esto. Un dos de haber sido llevada a casa de los Sant
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Habían pasado muchos días y seguía secuestrada por ese loco jeque, me contó que me había visto muchas veces en París, que luego me había perdido de vista cuando fui llevada a casa de los Santorini y que batalló mucho para dar conmigo nuevamente. Que había "sido amor a primera vista", que lo había cautivado mi manera de expresarme y mi belleza "natural". Me confeso que sus hombres me vigilaban todo el tiempo, que tenía un infiltrado entre los hombres de mi padre y que él le proporcionaba todo tipo de información. Así que entre los hombres de mi padre había un traidor y él no lo sabía, temía por lo que pudiesen hacerle a sus espaldas. La mayor parte del día la pasaba encerrada en la habitación sin poder salir, estaba bien asegurada pues tenía hombres en la puerta y ventana, había sido meticuloso pues no había nada en la habitación que pudiese usar como arma, venían por mí a llevarme a comer con el "señor" y luego me devolvían. Así pasaba los días, aburrida y solitaria. Divagando y pensa
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NARRA PIERO.La mayoría del tiempo creí que mientras más distante fuese, más frío, más cruel y sanguinario mantendría alejada de mí a cualquier persona que pudiese llegar a importarme. Y de esa manera no sentir esa desesperación y angustia de no saber o perder a alguien que amas. Cuando vi a Ginebra por primera vez, vi lo mierda que era su vida, gracias a Paris su mejor amiga de ese entonces le pegaba por mantenerme informado de ella, era un poco obsesivo compulsivo, pero sentía una atracción muy grande por esa pelirroja de ojos miel. En su mirada veía mucho dolor, tristeza y ausencia de brillo. Hice perder a su padre a propósito esa apuesta, me encargué de pagarle a todos los del hipódromo para que así pasase. El muy desgraciado no puso ninguna objeción para que me llevase a su hija, al contrario, me la colocó en bandeja de plata. Si hubiese sido un ruin desgraciado abusivo, que no le hubiese hecho a Ginebra. Pero sí algo me había enseñado mi madre, era que ser mafioso no era símbolo
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Pasaban los días y no teníamos noticias de Piero, estaba desaparecido y la última vez que se le vio fue entrando en un café de París, incluso su auto estaba parqueado allí. Por lo que sabíamos que había sido un secuestro, Petro mando a rastrear el número de la última llamada que recibió y por suerte lograron escuchar la grabación. Un hombre, un tal Marco lo había invitado a tomar un café, alegando que conocía mi ubicación. Así que suponíamos que había sido una trampa, Marco era italiano también, pero no sabíamos para quien trabajaba. Por suerte Alessandro lo conocía vivieron en el mismo vecindario, así que fue a verlo. Junto con Pierina esperábamos ansiosas que volviera y trajera consigo alguna información.—¿Y si lo están torturando?—le pregunté—, ­¡Pierina no puedo con tanta angustia!—Tranquila confiemos en que está bien—intentó tranquilizarme, pero su voz se quebró.Me cambié y fui al gimnasio necesitaba liberar toda la tensión en la que estaba sumida mi cuerpo, golpeé muchas vece
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Me encontraba en casa de mi madre siendo atendida por un médico cirujano quién extrajo las balas y me curó. La morfina recorría todo mi sistema evitando el dolor, había recibido dos disparos desde muy cerca. Pero no me arrepentía había salvado a Piero y eso era lo importante. Mi madre estaba muy sorprendida, pero a la vez feliz de encontrarme, por muchos años me busco o eso es lo que dice. Había algo en ella que no me hacía confiar al cien, sentía mucha desconfianza y recelo hacía Mariangela. Quizá fue el hecho de que tuviera secuestrado a Piero, pero a diferencia de georgiano que vi en él sinceridad y amor verdadero. En ella no veía nada de aquello, sus ojos ocultaban algo. Lo cual me causaba mucha duda. Piero no se despegaba de mi ni un minuto, estaba muy al pendiente de mí. Petro había regresado con los demás a su casa, ya sabía que su hermano estaba bien y que yo estaba herida y por eso nos quedaríamos. Sin embargo, yo quería devolverme a Sicilia, no quería estar en aquella casa p
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30
—¡Ni te atrevas! No eres bienvenida aquí—dije y le pedí a los niños que salieran y subieran al auto—, Sí no te importó dejarlo solo por tantos años, que no te importe ahora—respondí cuando se alejaron.—¡No puedes negarle que soy su madre!—reclamó—, Es mi derecho, así que iré por él.—Créeme que sí te le acercas no responderé—advertí—, No me importará nada, pero Gian no merece sufrir por una cualquiera.Se quedó mirándome perpleja y salí en búsqueda de los niños. Subí al auto y los vi conversando, encendí el auto y vi que Mariangela salió de la pizzería y subió a un carro negro. Conduje por el camino sumida en mis pensamientos, odiaba a esa mujer y que apareciera cuando nadie se lo pidió.—Ginebra, ¿Quién era esa mujer?—preguntó Gian en el asiento de atrás.—, ¿Por qué dijo que yo era su hijo?—No sé quién era cariño, pero ya la puse en su lugar. Tranquilo—respondí suavemente.Por suerte no hizo más preguntas, seguí conduciendo mientras Gian hablaba con Susana. No sabía que haría con
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